Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) que permaneció un mes en paradero desconocido con sus dos hijos para no entregarlos al padre italiano, ha pedido que la Justicia tenga en cuenta su realidad de mujer maltratada y la de otras mujeres consideradas víctimas de la violencia de género.

El pasado miércoles la Fiscalía mantuvo la petición de cinco años de cárcel para ella por dos delitos de sustracción de menores y uno de desobediencia en el juicio en el Rivas está acusada de permanecer el verano pasado un mes en paradero desconocido con sus dos hijos para no entregarlos al padre, un ciudadano italiano.

Este hombre fue condenado en 2009 en España por lesionar a Rivas, quien lo denunció nuevamente por maltrato en julio de 2016 en Italia, denuncia pendiente de resolverse por la justicia de ese país, que sigue además otro procedimiento civil por la custodia de los niños.

Durante el proceso en el Juzgado de lo Penal 1 de Granada, que ha quedado visto para sentencia, la madre defendió su inocencia y declaró que actuó convencida de que no le arrebatarían a los menores porque su expareja los "maltrataba".

En un escrito remitido a Efe, Juana Rivas relata su situación para aquellas personas que quieran acercarse a su realidad, al tiempo que incide en que es una víctima de maltrato por parte de su expareja, por lo que considera que es algo que debe tenerse en cuenta en este proceso judicial.

Rivas asegura que quiere una vida digna de ser vivida para ella y sus hijos, pero considera que el "gravísimo problema" está en la aplicación de las leyes, por lo que pide que se desarrollen en la "realidad diaria" de ella y de "tantas" mujeres que sufren la misma situación en España e Italia, lo que permitirá que las víctimas dejen de "serlo".

En su comunicado, la madre relata su situación vivida desde que el 18 de mayo de 2016 sacó "las pocas fuerzas" que le quedaban para regresar a España con sus hijos después de haber pasado los momentos "más aterradores" junto a su entonces pareja, Francesco Arcuri, con quien vivía en "continua tensión" y con sufrimiento.

Después de interponer la denuncia contra su pareja por "malos tratos físicos y psicológicos", entonces Rivas consideró que ese sería el principio del fin de su "pesadilla" y la de sus hijos.

Sin embargo, prosigue el escrito, sintió "frustración e impotencia" cuando el Juzgado de Violencia de la Mujer 2 de Granada le instó a regresar a Italia si quería demandar por esos hechos.

Rivas lamenta que la Administración haya tardado más de un año en enviar su denuncia a Italia, donde se encuentra desde 2017, situación que le ha permitido al abogado de su expareja "jactarse" de que aún no se está tramitando en los juzgados italianos, lo que para su "desgracia" es "verdad".

También censura que los juzgados españoles no hayan querido saber hasta ahora de su realidad como víctima de violencia de género y se remite al Convenio de Estambul para recordar que "no se pueden tomar decisiones" sobre con quién deben estar unos hijos sin tener en cuenta este contexto.

En la nota manifiesta que siempre ha respetado la ley, al tiempo que se pregunta si existe alguna norma que diga que "a una mujer que huye del maltrato" y presenta una denuncia para que el Estado la proteja a ella y a sus hijos "se la pueda tener más de dos años sin investigar si lo que dice es verdad".

"Mientras tanto, a todo lo que solicita el que es denunciado por el maltrato con antecedentes ya sentenciados, se le da prioridad", expone en su escrito, en el que subraya que sus hijos nunca debieron ser entregados a su padre sin haberse investigado la causa de su huida y la violencia que sufren.