n Un acusado de contaminar el suministro de agua potable en Beneixama con vertidos de agua de riego negó ayer en el juicio los hechos y culpó a una antigua fábrica de orujo de la zona con múltiples tuberías en desuso. El fiscal mantuvo ayer la petición de cuatro años de cárcel por delito contra la salud pública, mientras que la defensa pidió la absolución señalando que la contaminación fue un hecho puntual ajeno al procesado.

El vertido fue detectado en febrero de 2015 por la empresa Hidraqua, que gestiona el suministro hídrico de la población, en un restaurante en obras propiedad del acusado. Los técnicos lo descubrieron después de que una vecina alertara de que el agua salía turbia en su vivienda. Las muestras tomadas en la red de abastecimiento revelaron que el agua que discurría en el tramo entre la pedanía de El Seize y el casco urbano no era apta para el consumo.

«No había cloro, desinfectante residual», precisó el inspector de Sanidad que acudió al foco del vertido, lo que obligó a cortar el suministro únicamente en ese segmento, no en toda la población. La concejal que denunció esa contaminación en los juzgadosrelató que tuvo que avisar a los responsables de un colegio público para que los niños no bebieran agua. Hidraqua descubrió también en la finca del restaurante una manipulación del contador del agua, lo que motivó que el empresario fuera sancionado con 1.500 euros de multa y hubiera de pagar una deuda de 3.900 euros. Sin embargo, Vicente F.C. aseguró que abonó dicha cantidad para poder seguir teniendo suministro ante la próxima apertura de su establecimiento. El acusado señaló que contaba con el testimonio de una docena de vecinos que no tuvieron problema con el agua.