Los puertos de Alicante y Motril fueron escenario la semana pasada de una operación internacional en la que la Policía e Interpol se desplegaron para tratar de identificar a combatientes extranjeros -«foreign fighters»- que retornan a Europa tras luchas en las filas del Estado Islámico en Siria o Irak, así como para prevenir operaciones de tráfico de drogas, trata de seres humanos y tráfico de armas.

Además de España han participado en la denominada «Operación Neptune» Argelia, Francia, Italia, Marruecos y Túnez. El objetivo era fortalecer los controles fronterizos y reforzar la inspección sistemática de pasajeros en barcos, ferris y cruceros que navegan entre el norte de África y Europa.

En la operación ha participado la Oficina Central Nacional de Interpol España en coordinación con la Unidad Central de Fronteras, la Brigada Móvil de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana y la Comisaría General de Información, así como efectivos de las comisarías de Motril y Alicante.

Desde el puerto de Alicante se chequearon los listados de pasajeros de los trayectos marítimos de su zona de influencia. La Policía realizó 24.328 búsquedas nominales, de las cuales 13 dieron resultado positivo, y 24.635 de títulos de viaje robados y extraviados con un resultado positivo. No obstante, no fue detectado ningún «foreign fighter».

Las rutas que se han controlado son Orán-Alicante, Alicante-Argel, Roma-Valencia, Valencia-Mostaganem, Roma-Barcelona, Ibiza-Barcelona, Menorca-Barcelona, Palma de Mallorca-Barcelona y Barcelona-Porto Torres (Sardinia).