La Policía Nacional de Alicante ha arrestado en los últimos días en Mallorca a un chamán acusado de drogar y abusar sexualmente de varias de sus seguidoras, varias de ellas de la provincia alicantina. El hombre, de 52 años, actuaba prácticamente en toda España. Con la ayuda de dos compinches -su pareja, también arrestada, y un colaborador apresado en Santander- organizaban sesiones de meditación en las que ofrecían «agua del amor» a sus adeptos para que aflorara el amor y se reencontrara el alma con el cuerpo. En realidad, la pócima que presuntamente tenía poderes curativas y espirituales, era una mezcla de agua, azúcar y metanfentamina, según los investigadores. Al ingerir el brebaje, los acólitos experimentaban episodios de euforia y bienestar. La primera vez que lo bebían era gratis, pero luego tenían que pagar.

Por el momento la Policía Nacional ha localizado a siete víctimas, pero no descarta que aumente el número adeptas afectadas. El chamán cobraba entre 100 y 175 euros a los seguidores que querían asistir a los eventos que organizaba.

Los problemas para el chamán, que se vanagloriaba de haber aprendido rituales en Sudamérica y de tener acceso a sustancias como la ayahuasca, con potentes efectos alucinógenos, surgieron cuando algunos de sus seguidores resultaron intoxicados con el «agua del amor».

Varios de ellos se encontraron indispuestos, tras las sesiones de meditación, e incluso tuvieron que ir al hospital. Un afectado sufrió una parálisis parcial del cuerpo. Tras ser sometidos a un análisis, descubrieron estupefactos que habían sido drogados. En su organismo, los facultativos detectaron rastros de metanfetamina.

Además, al menos tres mujeres denunciaron que, mientras se hallaban en un estado de euforia al haber ingerido la pócima «mágica», fueron sometidas a tocamientos íntimos por parte del sospechoso. Las perjudicadas indicaron que sufrieron abusos y que en ningún caso fueron agredidas sexualmente.

Su radio de acción abarcaba distintas provincias españolas: Alicante, Barcelona o Santander. No se descarta que aparezcan nuevos perjudicados en distintos puntos de España. Desde hacía un tiempo se había instalado en un bucólico pueblo de la Serra de Tramuntana, donde vivía con su familia.

La investigación fue iniciada el pasado año por el Grupo de Delincuencia Violenta de la Comisaría de Alicante y tras detectar el domicilio del sospechoso, agentes de Alicante y de Palma procedieron a detener al hombre y a su pareja hace unos días. La mujer quedó libre poco después en la Jefatura Superior de Policía, en Palma, ya que está al cuidado de un hijo de corta edad. Mientras, el principal acusado fue puesto a disposición del juzgado de guardia de Palma el pasado martes por la tarde.

El chamán, de aspecto desaliñado, se acogió a su derecho a guardar silencio ante la magistrada de guardia. La Fiscalía solicitó su ingreso en prisión provisional sin fianza por abusos sexuales, grupo criminal y un delito contra la salud pública. La jueza finalmente acordó que fuera encarcelado ante la gravedad de los hechos. En un principio, la Policía también le acusaba de estafa. El colaborador del chamán, conocido como «el chamanito» fue apresado hace más de un mes en Santander.

Las primeras pesquisas se iniciaron en Ibi, pero hay afectados en Novelda, Santander y en una localidad de la comarca del Vallés Oriental (Barcelona).

Desde el pasado martes, el hombre duerme entre rejas. Los investigadores sospechan que hay más perjudicados, ya que el hombre se movía por toda España realizando sesiones de meditación. En estos encuentros, el chamán supuestamente entregaba a sus acólitos el «agua del amor», con la promesa de propiedades curativas y espirituales. En realidad, la pócima contenía metanfetamina, lo que provocaba a sus seguidores estados de euforia y de desinhibición

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chamán"liberaría el amor"

Durante el transcurso de la ceremonia manipulaba el agua, diluyendo en esta algún tipo de sustancia estupefaciente. Según las investigaciones practicadas por los agentes la droga podría tratarse de algún derivado de la anfetamina. Esa sustancia provocaba efectos alucinógenos desinhibiendo a las personas participantes.

Lo que comenzaron siendo celebraciones litúrgicas acabó convirtiéndose en festivales en donde, tanto el líder de la organización como sus cómplices, presuntamente distribuían drogas a sus víctimas. Marihuana, DMT, San Pedro, y setas alucinógenas (psilobicina), eran algunas de las sustancias estupefacientes que se consumían durante las ceremonias.

La organización criminal no solo ponía en peligro la salud física y psíquica de las víctimas, sino que además abusaba sexualmente de sus víctimas aprovechando que mermaba sus capacidades intelectuales mediante la droga, según la Comisaría.