El acusado de matar y emparedar a su pareja hace dos años en Torrevieja pidió ayer declarar de nuevo en el juicio que se celebra en la Audiencia de Alicante para reconocer que realmente fue un asesinato con alevosía. Así, el acusado compareció de nuevo durante un minuto escaso delante del jurado popular para admitir a preguntas del fiscal que estranguló a Johana hasta la muerte sin que tuviera posibilidad alguna de defensa.

Tras esta confesión para lograr una rebaja en la pena, lo normal es que la Fiscalía y las acusaciones particular y popular rebajen su petición inicial de 25 a 20 años de prisión para el acusado. El juicio continuará hoy y mañana se entregará al jurado el objeto del veredicto para que se pronuncie sobre la culpabilidad o no del acusado.

En la segunda sesión del juicio celebrada ayer comparecieron varios guardias civiles que participaron en la investigación y varios testigos, entre ellos una amiga de Johana que aseguró que su compañero sentimental «la maltrataba verbalmente» y en una ocasión vio que presentaba unos moratones en los brazos. La amiga aseguró asimismo que no era consumidora de droga como apuntó el acusado y explicó que ella se marchó a Chile porque su relación no marchaba bien y regresó meses antes del crimen a Torrevieja «casi obligada porque su pareja se trajo al niño pequeño».

Temor

La amiga de la víctima afirmó además que Johana le entregó sus pasaportes y la autorización para viajar con el niño, que caducaba en agosto de 2016, ya que «tenía miedo de que se los rompiera y no pudiera regresar a Chile, como era su deseo». Días antes de su muerte, fechada en la madrugada del 13 de junio de 2016 aunque su cuerpo no fue descubierto hasta agosto, la víctima no aparentaba estar bien. «La veía mal, lloraba y estaba cansada de la situación», relató su amiga, quien indicó que nunca llegó a denunciarle por malos tratos y que se arrepiente de no haberlo hecho ella.

Esta mujer fue la que acudió a la Guardia Civil a denunciar la desaparición de Johana porque su pareja no lo hizo con la excusa de que no era la primera vez que se ausentaba del domicilio. La madre de Johana le llamó explicándole que no sabía nada de ella y que la última vez que estaban hablando por teléfono se cortó la comunicación después de que comenzara a gritar y a pedir ayuda.

Otro testigo que conocía a la pareja declaró por el contrario que nunca vio que la maltratara y aunque en la fase de instrucción dijo que el compañero se oponía a que ella regresara a Chile ayer no ratificó este extremo.

Uno de los especialistas del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil de Alicante que el nicho fabricado en el cuarto de contadores de agua del edificio donde vivía la pareja «estaba bastante logrado» y estaba en un habitáculo que no se veía desde la puerta. Explicó que fue descubierto por la Guardia Civil de Torrevieja después de que la madre de Joahana les indicara que los vecinos habían visto moscas grandes en la entrada y había «un olor nauseabundo».

La madre y una hermana del acusado negaron en su comparencia que Johana fue maltratada en su relación de pareja.