Agentes de la Guardia Civil de Altea y de Callosa d'en Sarrià han rescatado la pasada madrugada a siete personas, cuatro de ellas niños de entre 7 y 11 años, que se encontraban haciendo senderismo en la Font del Molí de Benimantell y se habían desorientado.

Según la Guardia Civil, el grupo se había dividido en dos tras extraviarse debido a la falta de visibilidad y al terreno, que era muy escarpado y de gran dificultad. Sobre las 22:30 horas de ayer domingo se recibió una llamada de un hombre en el Centro de Comunicaciones de la Guardia Civil, alertando de que desde hacía más de una hora no podía contactar con su esposa, que se encontraba haciendo una ruta de senderismo en la montaña, junto a otros amigos.

Los agentes se dirigieron al punto donde podrían estar los senderistas, recorriendo la zona de unos 3 kilómetros, por un terreno muy difícil hasta que la mujer perdida recuperó la cobertura, y pudieron llegar hasta ella, una hora más tarde.

Junto a ella se encontraba otra de las senderistas y los hijos de ambas, un niño de 11 años y una niña de 10, desorientados pero en perfecto estado.

Al ser localizados, las mujeres refieren haberse separado del marido de una de ellas, que se encontraba en una zona más alta de la montaña, junto a dos niños de 7 y 10 años, ante la imposibilidad de realizar el descenso el solo con los niños.

Pista forestal

Los agentes, tras poner a salvo al primer grupo, se dirigieron a la zona donde podrían estar el hombre y los niños perdidos, acompañados por la mujer de éste. Tras recorrer cuatro kilómetros de una pista forestal en coche, comenzaron el ascenso a pie, tardando más de una hora en llegar a localizar al grupo perdido. La localización se realizó gracias a que los senderistas llevaban una pequeña linterna, siendo crucial para que los agentes pudieran divisarla a distancia y seguir el rumbo que les marcaba la pequeña luz. Era ya la una de la madrugada.

Una vez comprobaron que todos se encontraban en perfecto estado, si bien los niños estaban asustados y tenían frío, iniciaron el descenso, bastante peligroso pues ya se encontraba el suelo mojado y los accidentes del terreno no eran adecuados para que los niños caminaran. Los agentes tuvieron que coger en brazos a los niños en la mayor parte del camino.

Tras más de dos horas y media de descenso, y sin ningún percance, se produjo el esperado reencuentro con el resto del grupo. Todos estaban sanos y salvos, por lo que fueron trasladados en los vehículos oficiales a sus respectivos domicilios. El servicio de auxilio concluyó sobre las cuatro de la madrugada.