Una menor de 17 años ratificó ayer en un juicio celebrado en la Audiencia de Alicante que cuando tenía 11 años de edad un excompañero sentimental de su madre la agredió sexualmente de forma continuada durante los cuatro meses que duró la relación sentimental en un municipio del Alto Vinalopó. El acusado, que se declaró ayer inocente y achacó la denuncia a una «venganza» de su expareja, se enfrenta a una pena de 15 años de prisión que solicitó el fiscal. El abogado de la defensa, José Javier Jordá Vergara, solicitó la absolución del procesado y pidió que en caso de que se dicte una sentencia condenatoria se le aplique la atenuante de dilaciones indebidas.

Los hechos enjuiciados ayer en la Audiencia Provincial fueron denunciados por la menor cuando tenía 14 años. Habían pasado más de dos años desde que su madre rompió la relación y se lo relató a un profesor de su instituto porque «estaba muy agobiada y me sentía muy mal». Hasta entonces no se lo había contado ni a su madre. «Me dio miedo», explicó ayer en la vista oral.

Según la acusación de la Fiscalía que confirmó ayer la menor, la presunta agresión sexual continuada se inició a principios de enero de 2012. La primera vez fue el 5 de enero, cuando presuntamente aprovechó que la madre salió del domicilio. Según la menor, la agresión sexual se repitió desde entonces cada tres o cuatro días en el domicilio del acusado. La víctima declaró ayer que oponía resistencia pero al ser más fuerte él no podía hacer mucho más. Afirma que nunca contó lo ocurrido a nadie porque tenía miedo y le amenazó «con contárselo a mi madre; una vez me dijo que si lo contaba él se iría 40 años a la cárcel y yo al psicólogo».

El profesor de la menor declaró en el juicio que vio a su alumna triste y detectó que algo no marchaba bien. Inicialmente no le dijo nada pero un día se le acercó y le relató que «un exnovio de su madre había abusado de ella».

Por su parte, el acusado negó haber abusado de la niña. «Nunca he tocado a la niña», afirmó el procesado, quien considera que la denuncia es por «una venganza de la madre». El procesado afirmó asimismo que nunca se quedó solo con ella en el domicilio, aunque su expareja declaró ayer en la vista oral que le sorprendió en calzoncillos con su hija en la cama y le echó de la vivienda.

La expareja del acusado señaló que «nunca sospeché de los abusos pero es verdad que mi hija cambió de carácter, antes era extrovertida».