La Policía Nacional de Alicante investiga las circunstancias de la muerte de un hombre de 38 años y con antecedentes que apareció semidesnudo y parcialmente tapado con piedras en una casa abandonada cerca de Tángel. El cuerpo no presentaba signos de violencia y la principal hipótesis que barajan los investigadores es que la víctima debió fallecer en otro lugar y la persona o personas que estaban con el fallecido podrían haberse asustado y para evitar complicaciones trasladaron el cuerpo, según fuentes próximas al caso.

El cadáver fue descubierto el pasado 31 de marzo por una persona que estaba paseando y alertó a la Policía Nacional sobre las ocho y media de la tarde. El cadáver se encontraba en una casa abandonada situada en el camino de Valencia, cerca de Tángel. Le habían colocado piedras y una lona encima para tratar de ocultarlo, pero aún así fue descubierto casualmente por un hombre que al parecer estaba de paseo con su perro.

Tras el hallazgo se personaron agentes de las brigadas de Seguridad Ciudadana, Policía Judicial y Policía Científica, además de avisar a la comisión judicial para examinar el cuerpo y autorizar el levantamiento del cadáver.

Los agentes realizaron una minuciosa inspección ocular en el lugar para recabar cualquier pista que permita esclarecer el caso y el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal. La autopsia confirmó que no se trataba de una muerte violenta, sino que el fallecimiento se debió a causas naturales.

La víctima, de 38 años de edad, fue identificada y la Policía Nacional de Alicante comprobó que el hombre contaba con antecedentes policiales por diferentes delitos. Las pesquisas iniciales se dirigieron hacia la zona del Rodalet en San Vicente del Raspeig, donde existen focos de venta de estupefacientes. En un principio incluso se llegó a barajar que podría haber muerto por ingestión de sustancias estupefacientes, pero el informe inicial de la autopsia determinó que falleció por causas naturales.

Una de las líneas de investigación trata de aclarar si el fallecido estaba vinculado a algún grupo de traficantes de la zona del Rodalet ejerciendo las funciones de «aguador», la persona que avisa de la llegada de la Policía a los que venden los estupefacientes.

Los autores del traslado y ocultación del cuerpo podrían ser acusados de un delito de profanación de cadáveres si son localizados.