La Audiencia sentó ayer en el banquillo a un acusado de apuñalar y golpear a un hombre para robarle la cartera y el móvil cuando se encontraban en un paraje conocido como Baños de la Sal en Petrer y que es una zona de cruising para encuentros homosexuales entre hombres. Los hechos ocurrieron en noviembre de 2016 cuando la víctima se encontraba escuchando música en el coche parado en un descampado. Según su testimonio, la furgoneta del acusado paró a su lado y éste bajó y le hizo una seña para que bajara la ventanilla. En ese momento, el acusado le pidió un euro y un cigarro y cuando el otro le dijo que no, le acuchilló súbitamente en el cuello y comenzó a golpearle en la cabeza con una llave inglesa. «No sé por qué bajé la ventana, pero es algo de lo que me arrepiento porque casi me matan», aseguró. La víctima pudo huir en su coche y dirigirse a una comisaría cercana donde alertó de lo ocurrido, mientras los agentes llamaban a una ambulancia para que lo atendiera. El hombre pudo dar a los agentes una descripción de su agresor así como parte de los números de la placa de la matrícula de la furgoneta que conducía. La Policía encontró el cuchillo usado en la agresión y que tenía ADN tanto del agresor como de la víctima y encontró los objetos robados en la guantera del vehículo del acusado. En días posteriores, la víctima identificó al acusado como su agresor en ruedas de reconocimiento pese a que se había cortado el pelo y afeitado parte de la barba.

El procesado negó ayer todos los hechos, aunque dijo que no recordaba lo ocurrido porque le habían drogado y habían intentado agredirle a él, sin dar explicaciones de cómo aparecieron en su coche los objetos robados a la víctima.

La Fiscalía mantuvo para él su petición de doce años de cárcel por delitos de intento de homicidio y robo con violencia.