«Vienen a robarnos». Un empresario y su familia apenas tuvieron tiempo de reaccionar cuando cuatro encapuchados armados irrumpieron en su chalet de San Vicente del Raspeig el pasado sábado por la tarde. El empresario, que estaba en la zona de la barbacoa acompañado de su mujer, su consuegra y su nieta de 3 años, fue golpeado y tirado al suelo hasta que los asaltantes, que le amenazaron con una pistola, le maniataron y le condujeron junto con su familia hasta la caja fuerte para apoderarse de varios miles de euros y joyas, entre otros efectos de valor. Antes de darse a la fuga los asaltantes se despidieron de las víctimas diciéndoles que «lo hacemos por necesidad».

El asalto fue en uno de los chalets de la urbanización Villamontes de San Vicente del Raspeig, una zona donde los vecinos aseguran que se están cometiendo más robos y por ello estudian adoptar medidas para protegerse entre ellos ante cualquier incidente.

El empresario asaltado, al que ya robaron hace medio año en su domicilio cuando no había nadie y prefiere mantener su identidad en el anonimato, nunca se podía imaginar un asalto como el que sufrió casi a plena luz del día. Ayer acudió al cuartel de la Guardia Civil para presentar la denuncia formal, aunque aún desconoce todo lo que sustrajeron porque revolvieron todos los armarios.

La víctima estaba disfrutando de una plácida tarde de sábado junto a la chimenea en una dependencia anexa al chalet donde tiene la barbacoa. Los ladrones debieron entrar a la finca sobre las siete y media de la tarde tras saltar un muro. Por un lateral del chalet escalaron hasta la primera planta, entraron por una ventana y comenzaron a registrar la casa mientras los moradores estaban en la zona de la barbacoa sin darse cuenta de la presencia de los intrusos.

Maniatados

Unos minutos más tarde irrumpieron en el cuarto situado junto a la piscina. El empresario se levantó corriendo a intentar cerrar la puerta corredera, pero «no me dio tiempo y ya se me echaron encima todos y comenzaron a darme puñetazos y me tiraron al suelo», según explicó ayer a este diario la víctima. También le golpearon con una pata de cabra y le amenazaron con una pistola hasta que lograron reducirle y le dijeron que se callara. Su mujer tapó a la nieta de 3 años para que no presenciara tan desagradable escena y al final los asaltantes maniataron a las tres personas adultas y las condujeron hasta el interior del domicilio.

Uno de los delincuentes se quedó en la planta baja custodiando a la niña y a una de sus dos abuelas, mientras la pareja propietaria del chalet fue conducida hasta la dependencia donde estaba la caja fuerte. «Intentaron sacarla pero pesa más de 200 kilos», según la víctima. La mujer fue obligada a abrir la caja fuerte mientras le apuntaban con «una pistola en la nuca». Una vez sustrajeron las joyas y varios miles de euros que había en la caja de caudales los asaltantes emprendieron la huida, aunque antes se despidieron de sus víctimas y «dijeron que lo hacían por necesidad».

Los encapuchados tiraron los móviles de las víctimas y sustrajeron todos los aparatos del sistema de alarma para asegurarse de que no había grabaciones de su actuación. El empresario tenía contratada una alarma pero no estaba activada porque se encontraban dentro.

La Guardia Civil realizó una inspección ocular y está realizando gestiones para tratar de identificar a los cuatro asaltantes, los cuales tenían todos acento árabe excepto uno que hablaba en castellano pero también parecía extranjero, según la víctima