De presunta víctima de abusos sexuales a investigada por un delito de simulación de delito. Es el cambio de consideración que la joven vilagarciana de 19 años que la pasada semana denunció haber sufrido abusos sexuales por una decena de jóvenes a la salida de la discoteca Lennon de A Estrada en la madrugada del pasado 9 de diciembre tendrá que afrontar ahora, después de que en la tarde de ayer desmintiese ante efectivos de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Lalín la veracidad de su denuncia. Así lo avanzó Faro de Vigo en primicia en la tarde de ayer, después de que el instituto armado cerrase el caso tras la última declaración de la joven en la que ella misma desmentía su versión inicial, notificándosele a continuación que pasaba a ser investigada por un delito de simulación de delito y que las oportunas diligencias se remitían al juzgado correspondiente.

El desmentido de la joven responde a la minuciosa labor de investigación y contraste efectuada por parte de los investigadores de la Guardia Civil de los datos proporcionados por la joven en las sucesivas tomas de declaraciones a las que la sometió.

La labor de contraste efectuada en esos interrogatorios llevó a la denunciante a incurrir en "una serie de incongruencias y contradicciones en el relato de los hechos" que motivaron que a los investigadores se les planteasen muchas dudas en un caso en el que no había testigos presenciales identificados ni cámaras que avalasen la versión de la joven.

A este respecto, cabe recordar que la vilagarciana denunció a mediados de la pasada semana en el acuartelamiento de Cambados haber sido objeto de abusos sexuales por parte de un grupo de diez chicos de edades comprendidas entre los 20 y los 25 años junto a la N-640, fuera del recinto de la discoteca Lennon de A Estrada, cuando tras perder de vista a sus amigas durante una fiesta decidió salir del local para desplazarse hasta el coche en el que habían viajado hasta A Estrada.

Aseguraba que se cruzó en su camino el citado grupo de chicos que la habrían rodeado y comenzado a reírse de ella hasta que uno intentó quitarle el pantalón, momento en el que, según su versión inicial, empezó a gritar y una pareja que salía de la discoteca, tras escuchar sus gritos, acudió en su auxilio, motivando que los jóvenes huyeran del lugar.

Era un relato que dejaba demasiadas zonas grises. Esa supuesta pareja que la habría auxiliado se había esfumado y nadie había visto ni escuchado nada de lo sucedido. Además, se trata de una zona donde tampoco hay cámaras que pudieran servir para corroborar o desmentir las afirmaciones de la joven. Así las cosas, esclarecer lo ocurrido era tarea harto complicada.

Consciente tras los sucesivos interrogatorios de la Guardia Civil de que esta no comulgaba con su versión y de que había cuestiones que no le encajaban porque había apreciado contradicciones en su relato, la joven tomó la "sabia" decisión en la tarde de ayer de solicitar una nueva comparecencia, que tal vez ahora pueda servirle de atenuante. Y fue ahí, en esa nueva toma de declaración, donde admitió ante el instituto armado que la denuncia era falsa. Adujo razones de índole personal.

Ahora tendrá que afrontar las consecuencias de ello. Mientras, el gerente de Lennon, Vicente Pato, respiraba aliviado tras vivir "unos días muy duros". Según relató a esta Redacción poco después de conocer el sorprendente giro que había dado el caso, fue la propia Policía Judicial de la Benemérita -ante quien había prestado declaración en los últimos días- quien le comunicó que la denunciante había confesado la falsedad de su denuncia y, por tanto, pasaba a ser investigada por un presunto delito de simulación de delito.

En primer lugar, se mostró muy contento de que "no haya habido nada" de lo denunciado por la joven arousana. Lo que no le quita nadie son "los malos ratos" pasados y tampoco la "mala imagen", "muy distorsionada" y para nada acorde con la realidad que esta falsa denuncia creó de la discoteca, generando gran inquietud en A Estrada y fuera de ella, saltando incluso a los informativos de actualidad nacional.

"La noche es a veces imprevisible", admite pero "diez" varones que hagan algo como lo que había denunciado la joven le parecían "muchos". Feliz de que realmente no fuese cierto, todavía no ha pensado si reclamará daños y perjuicios por los días de "antipublicidad" en el ámbito nacional que le ha ocasionado esta falsa denuncia. Dispuesto a buscarle la parte buena a todo lo malo que ha vivido, deseó que al menos ahora "la publicidad se vuelva a mi favor". "Al fin las cosas vuelven a su cauce", valoró, satisfecho con que el esclarecimiento de lo ocurrido y el cierre del caso por parte de la Benemérita permita al fin que la normalidad vuelva a un negocio que tan solo pretende proporcionar al público momentos de disfrute y ocio en un recinto emblemático que fue mítico en su día y que ahora lucha por consolidar una nueva etapa de esplendor.