La falta de plazas libres en los centros de internamientos de extranjeros (CIE) que hay en España ha provocado que la Policía Nacional de Alicante haya tenido que dejar en libertad a 48 de los últimos inmigrantes que han sido interceptados en la costa alicantina desde mediados del pasado mes de octubre. Alguno de ellos ha sido detenido de nuevo pero como acusados de cometer algún robo en Alicante, ya que normalmente carecen de medios de subsistencia, según fuentes policiales.

El colapso en los CIE del país es elevado y las plazas que van quedando libres conforme se expulsa a inmigrantes se cubren con rapidez, de ahí que la Policía no haya tenido otra salida que dejar en libertad a estos inmigrantes e incoarles un expediente de expulsión por estancia irregular en España.

Este problema, que también ha ocurrido recientemente con los ocupantes de numerosas pateras que arribaron al litoral de Cartagena, se produjo con los ocupantes de tres pateras que llegaron a Guardamar y a El Campello el pasado día 13 de octubre. De los once interceptados en El Campello seis eran menores y fueron ingresados en centros dependientes de la Generalitat.

El resto fueron trasladados a dependencias de la Policía Nacional, donde se les abrió un expediente por infracción a la Ley de Extranjería al no disponer de plazas libres en los CIE fueron puestos en libertad.

De los 20 detenidos en Guardamar cinco eran menores y los otros quince también fueron liberados pero se hizo cargo de ellos Cruz Roja de Zaragoza, donde disponía de plazas en una casa de acogida.

Veinte ocupantes de dos barcas

La situación se repitió con los 20 ocupantes de dos pateras interceptadas el pasado 17 de octubre en la costa alicantina por Salvamento Marítimo y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.

La Policía les abrió el correspondiente expediente de infracción a la Ley de Extranjería y en un principio iban a pasar a disposición del juzgado de guardia para que autorizase su internamiento, pero finalmente no había plazas y fueron puestos en libertad sin que ninguna ong con las que trabaja la Comisaría General de Extranjería pudiera hacerse cargo de ellos. A finales de octubre fueron interceptadas dos pateras más en Calp y El Campello con cerca de una veintena de personas pero en esa ocasión la Policía sí pudo internar en el CIE de Algeciras a 16 inmigrantes.

El problema de la falta de plazas se reprodujo de nuevo el pasado 3 de noviembre con los inmigrantes rescatados por Salvamento Marítimo a 32 millas de Alicante. Tres eran menores de edad y fueron ingresados en centros dependientes de la Generalitat, mientras que otros ocho fueron puestos en libertad y a disposición de Cruz Roja al no haber plazas libres en los CIE.

Los expedientes tramitados se remiten al Gobierno para que acuerde en un plazo breve de tiempo, de cinco a diez días, un decreto de expulsión. Si los inmigrantes llegados en patera son ingresados en un CIE pueden permanecer allí hasta un plazo de sesenta días para ejecutar la repatriación a sus países de origen, pero al quedar en libertad resultará más difícil localizar a los afectados para notificarles la orden de expulsión y ejecutarla, sobre todo porque los argelinos detenidos en la costa alicantina no facilitan ningún domicilio en su paso por la Comisaría Provincial y lo normal es que no permanezcan en la capital alicantina y se trasladen a otras provincias y presumiblemente a Francia u otros países europeos para tratar de eludir la repatriación.

La oleada de pateras parece haberse frenado por las temperaturas más bajas, aunque no se descarta que lleguen nuevas embarcaciones. Según el Gobierno, este año han llegado 44 pateras a la provincia con 307 inmigrantes, aunque según Cruz Roja han atendido a 391 personas de 33 pateras, ya que no contabilizan las que han descubierto tras desembarcar los ocupantes sin ser descubiertos.