El jueves 19 de octubre se cumplieron diez años de la muerte a tiros del alcalde de Polop Alejandro PonsodaPonsoda. Este año se ha cerrado también una década del crimen de otro primer edil que también tuvo proyección mediática, el de Fago (Huesca), Miguel Grima. El devenir judicial de ambos procesos no ha sido el mismo. Mientras que el de Grima está resuelto hace años, el de Ponsoda sigue aún pendiente de juicio y con dudas sobre la culpabilidad de los acusados. Las diferencias entre los dos casos empiezan ya con el tamaño de los dos municipios. Mientras que la población de Fago apenas cuenta con una treintena habitantes; en Polop, el censo supera los 4.000 vecinos.

Diez años han pasado ya desde que Alejandro Ponsoda, murió tiroteado cuando regresaba a su casa la noche del 19 de octubre de 2007. Los siete acusados, para quienes se piden penas que suman 181 años de prisión, están en libertad por estos hechos y todos ellos sostienen que son inocentes. La causa está pendiente de que se resuelvan los últimos recursos para finalmente ser enviada a la Audiencia de Alicante y ser juzgada por un jurado popular, mientras que las defensas sostienen que las pruebas son endebles para enviarlo a juicio.

La lentitud de la causa contrasta con la celeridad que tuvo la resolución del llamado crimen de Fago. Miguel Grima, apareció tiroteado con impactos de una escopeta de postas el 13 de enero de 2007. Casi un mes más tarde, el 3 de febrero, fue detenido por el asesinato Santiago Mainar, concejal socialista y rival político de la víctima. En diciembre de 2009, Mainar fue condenado a 20 años y nueve meses de prisión. Pocos días antes de la condena, se produjeron en Polop los primeros arrestos por el asesinato de Ponsoda.

Juan Cano, a quien la investigación sitúa como el presunto autor intelectual del asesinato de Ponsoda, no es Santiago Mainar. Para empezar, mientras que Mainar y Grima estaban en formaciones enfrentadas en lo político, Juan Cano y Alejandro Ponsoda eran compañeros de partido (el PP). Mainar llegó a confesar el crimen en el momento de su detención, pero después se desdijo y se declaró inocente. La sentencia dejaba abierta la posibilidad de que hubieran intervenido otras personas. Por contra, Juan Cano nunca ha admitido su intervención en el crimen. Al igual que los otros procesados, considera falsas las acusaciones que hizo contra ellos un testigo protegido y que les incriminó en el asesinato. Un exportero del club de alterne Mesalina de Finestrat aseguró que en el verano de 2007, Cano, el empresario Salvador Ros y dos de los responsables del prostíbulo (Ariel Gatto y Pedro Hermosilla) habrían contactado con él en los reservados del local para proponerle el asesinato. Al no lograr un acuerdo, éstos habrían llamado a los checos Robert Franek y Radim Rakovski, así como al español Raúl Montero Trevejo para disparar a Ponsoda.

Tampoco Ponsoda tenía nada que ver con Miguel Grima. Mientras que el alcalde de la pequeña población oscense, desperaba simpatías entre sus seguidores y odios entre sus detractores; en el caso de Ponsoda, éste contaba con el respeto y la admiración de sus vecinos. Su posición al frente de la lista del PP garantizó a este partido ir engarzando una mayoría absoluta tras otra desde 1995. El sumario del caso apunta que Cano pensaba que sus méritos para la Alcaldía eran superiores a los de su compañero de partido. En esta línea, consideró una traición que Ponsoda no le respaldara ante la dirección del PP cuando le apartó de las listas municipales de 2003 después de que apareciera en una grabación intentando cobrar una comisión a un empresario. Entre 2003 y 2007, que estuvo apartado del Ayuntamiento, intentó controlar la concejalía de Urbanismo en la sombra, hecho que le enfrentó al entonces titular del área, Juan Andrés Llorens. En 2007, Cano volvió al Ayuntamiento y fue el sucesor de Ponsoda tras su muerte. Cano fue detenido por el crimen en noviembre de 2009 pero quedó en libertad a los ocho meses. Mainar nunca salió de prisión tras su arresto.