Ni intentó defenderse. Los forenses declararon ayer que la octogenaria estrangulada por su sobrino en el piso en el que ambos convivían en el centro de Alicante no tenía signos de haberse intentado defender. Un jurado popular juzga desde el martes en la Audiencia de Alicante a Felix R. S. por haber estrangulado a su tía abuela de 88 años el 5 de octubre del año pasado. El procesado admite eel crimen pero sostiene que fue la víctima quién le pidió que la matara, debido a que se había cansado de vivir por las múltiples dolencias que sufría a causa de la edad y que la habían abocado a depender de él para todo, hasta para hacer sus necesidades.

Ayer fue el turno de los forenses que explicaron el resultado de la autopsia. La víctima fue estrangulada con el cable de una lámpara y en el cadáver no había señales de que hubiera tratado de repeler a su agresor o haber tratado de liberarse. Las lesiones del estrangulamiento eran señales en el cuello que no eran apreciables a primera vista.

Frente a las declaraciones del acusado de que la víctima era una persona que dependía de él para todo, los forenses mantuvieron que se trataba de una personas que tenía problemas de movilidad por una caída reciente pero descartaron que fuera una persona impedida. En las últimas semanas, varios vecinos la habían visto con su sobrino en silla de ruedas.

Por su parte, el psiquiatra forense que examinó al acusado aseguró que éste tenía una personalidad psicopática con ausencia de sentimientos. Durante la primera sesión del juicio fueron varios los testigos que relataron que la víctima había dicho que le tenía miedo y que habías días en que éste ni siquierla le dirigía la palabra.

El acusado se había ido a vivir con su tía tras haber pasado varios años en prisión por una condena de malos tratos en Holanda. La mujer tenía la casa en usufructo pero tras su fallecimiento iba a pasar a los tres herederos, los sobrinos de la fallecida. Los otros dos hermanos declararon el martes en el juicio que el acusado era una persona violenta y que ella le tenía miendo y que se quedaba con el dinero de la pensión.

El jurado popular deliberará a primera hora de esta mañana el veredicto, mientras que ayer las partes emitieron sus informes finales de conclusiones. La Fiscalía reclamaba penas que sumaban 24 años de prisión: 23 años por el crimen, más un año por haber robado joyas y el televisor para empeñarlos.

Tras la confesión del acusado, que se presentó en su día en la Comisaría para decir que su tía estaba muerta y que la había matado él, la Fiscalía ha bajado a 20 años la pena reclamada por el asesinato, mientras que por el robo pide otros tres meses de cárcel. La defensa, que lleva el letrado Luis Santamaría, pedía inicialmente una condena por homicidio,,pero después de que el procesado admitiera al inicio del juicio todas las acusaciones, se ha adherido a la petición de condena por asesinato. Sin embargo, la defensa reclama una rebaja aún mayor en la pena por la atenuante de confesión.