La Audiencia de Alicante ha condenado a diez años de prisión a un hombre acusado de abusar durante cinco años de su sobrina menor de edad, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El hombre, de nacionalidad ecuatoriana y vecino de un municipio de la Marina Alta, admitió en el juicio todos los hechos y se encontraba en prisión preventiva por estos hechos.

El fallo impone al acusado una orden de alejamiento que le impide acercarse a menos de 300 metros de su víctima durante doce años. También le impide tener cualquier profesión que implique el contacto regular y directo con menores de edad durante los cinco años posteriores a la pena de prisión. El tribunal ha fijado una indemnizacion para la víctima de 10.000 euros por los daños morales.

La Audiencia declara probado que los abusos sexuales se cometieron entre 2011 y finales de 2016, fecha en la que se descubrieron los hechos. La víctima era la sobrina del acusado que en la fecha en la que comenzaron los abusos contaba con diez años de edad.

Según la sentencia, los abusos comenzaron en el año 2011 a raíz de que el acusado se quedara a dormir en casa de su hermana, compartiendo la habitación con sus sobrinas. El procesado admitió en el juicio que durante esas noches aprovechó para meterse en la cama con su sobrina, creyéndola dormida y empezaba a hacerle tocamientos.

Cuando la familia de su hermana se trasladó cerca de donde vivía el acusado, éste aprovechaba cualquier pretexto para ir a recogerla a su casa con frecuencia, hechos que en principio no levantaron las sospechas de los padres, dada la relación familiar y de confianza que existía con él. Sin embargo, éste se llevaba a la menor a su domicilio, la daba regalos y aprovechaba para hacerle tocamientos por todo el cuerpo. El procesado le decía que todo eso era normal y que no debía contar nada a nadie. Algunas veces estos abusos se producían en la casa de la menor, en los momentos en que no había nadie. Situación que se prolongó hasta que ella cumplió los catorce años.

Entre 2015 y 2016, la situación se fue agravando, ya que los tocamientos pasaron a ser relaciones con penetración, hechos que ocurrieron en siete ocasiones. Los abusos se descubrieron en septiembre de 2016.

Según la sentencia, como consecuencia de los abusos, la menor presenta problemas de ansiedad y depresión y acude a sesiones de terapia. El acusado se mostró conforme con los cargos que se le imputaban durante el juicio que se celebró la semana pasada.