En otra jornada marcada por la crisis independentista de Cataluña, la Guardia Civil de Alicante celebró ayer la festividad de su patrona, la Virgen del Pilar. La Plaza del Ayuntamiento volvió a ser por segundo año el escenario de estos actos, con una afluencia de ciudadanos mayor que la habitual para gritar vivas a la Guardia Civil, ondear banderas españolas y aplaudir el himno nacional. Los actos culminaron con un desfile por la Rambla en la que los agentes de la Benemérita volvieron a sentir el calor y los aplausos de los ciudadanos. Por solidaridad con los compañeros desplazados a Cataluña, este año se ha suprimido el vino de honor con el que tradicionalmente se cerraba el programa de actos.

La cuestión catalana estuvo presente en los discursos de la tribuna de autoridades que estuvieron dirigidos a expresar palabras de apoyo y cariño a los compañeros desplazados a esa comunidad autónoma. El primero en intervenir fue el alcalde de Alicante de Alicante, Gabriel Echávarri, quien aprovechó la cuestión catalana para arremeter contra sus socios de Guanyar (ver la información de la página 10 de la edición de hoy). El subdelegado del Gobierno, José Miguel Saval, destacó que «no hay enemigos para la Guardia Civil en ningún pueblo de España. Los únicos enemigos son los terroristas y los criminales». En esta línea, destacó que la Guardia Civil era un pilar básico para garantizar que la Justicia y el Estado de Derecho lleguen en una «democracia avanzada».

Saval aseguró que los agentes desplazados a Cataluña estaban protegiendo «algo muy sagrado», la libertad y el derecho de todos los ciudadanos de España, y en ellos están incluidos «aquellos que algunos dicen defender a su pueblo y lo hacen fuera de ley. No se puede querer a ningún pueblo ni a ninguna gente fuera del marco de la Ley».

Por su parte, el coronel jefe de la Comandancia, Manuel Muñoz, quiso dedicar los actos de ayer a los agentes desplazados a Cataluña y aprovechó su discurso para hacer un repaso de algunos de los servicios humanitarios prestados por la Guardia Civil en el último año, aunque «eran tantos que era difícil elegir». Entre ellos, citó la asistencia a centenares de conductores que quedaron atrapados en la carretera durante las nevadas registradas el pasado mes de enero, así como las maniobras de reanimación que durante 25 minutos estuvieron practicando dos agentes a un niño que había caído a una piscina en Xàbia. O el rescate de un guardia civil a dos menores este verano en una playa de Torrevieja que llegó a saltar al mar con ellos y los cargó sobre sus espaldas mientras llegaban los efectivos de rescate.

Muñoz destacó que en el último año se habían esclarecido el cien por cien de los homicidios y asesinatos cometidos en la provincia de Alicante, el último de ellos registrado en El Campello este lunes. El coronel de la Guardia Civil destacó los esfuerzos en «la lucha contra el crimen organizado, limpiando nuestras ciudades, incautando material que ha sido devuelto a sus legítimos propietarios, aprehendiendo más de mil kilos de cocaína», entre otros servicios.

Condecoraciones

El coronel jefe de la Guardia Civil fue uno de los 46 condecorados ayer con motivo de los actos de la Patrona. Muñoz recibió la Cruz de Plata de manos del Subdelegado del Gobierno. «Esto es parte de vosotros. No se le condecora a un mando por sí mismo, sino por la gente que trabaja con él», dijo a los agentes que escuchaban sus palabras en formación en la Plaza del Ayuntamiento. Un total de 24 agentes fueron condecorados por distintos méritos realizados en acto de servicio. También fueron distinguidos otros cuerpos de seguridad, y otros colectivos que trabajan habitualmente con el cuerpo. Entre ellos, recibió una distinción honorífica el periodista de INFORMACIÓN, Pedro Cerrada. Autoridades civiles, militares, representantes del sector de la Justicia y del mundo empresarial y festero abarrotaron ayer la plaza del Ayuntamiento para asistir a los actos del Pilar. En los momentos finales del evento, hubo un homenaje a los compañeros caídos en acto de servicio.

Los actos finalmente se cerraron con un desfile en la céntrica Rambla de Mendez Núñez, donde las distintas unidades que forman parte del cuerpo bajaron en dirección al Paseo de la Explanada en desfile, mientras eran recibidos con un sonoro aplauso por la ciudadanía, donde no faltaron las banderas españolas.