La Audiencia de Alicante ha impuesto penas que suman catorce años y nueve meses de prisión al hombre que intentó asesinar a tiros con una escopeta a su exmujer en una finca de El Altet en noviembre de 2015, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El acusado tenía una orden de alejamiento que le impedía acercarse a su víctima y aún así se desplazó desde un pueblo de Zaragoza a El Altet a la finca de la familia de ella, donde sabía que estaba viviendo.

Con un pasamontañas y una escopeta de caza, para la que no tenía licencia, la esperó durante más de doce horas durante toda la noche en la casa de invitados de la parcela. A la mañana siguiente logró encañonarla escopeta en mano y ella trató de escapar a pedir ayuda, mientras él le disparaba por la espalda, según declara probado la sentencia. En el momento en que trataba de volver a cargar la escopeta el padre salió a enfrentarse con él, mientras la madre trataba de proteger a su hija herida en el suelo mientras usaba como escudo la base de una sombrilla. Finalmente, el agresor optó por darse a la fuga.

La Audiencia le impone doce años de cárcel por un delito de intento de asesinato, nueve meses por vulnerar la orden de alejamiento, catorce meses por allanamiento de morada y nueve meses por tenencia ilícita de armas. El fallo le impone además una orden de alejamiento por la que durante veinte años no podrá acercarse a su víctima, al tiempo que le retira la patria potestad del hijo que la pareja tenía en común. Además la sala le impone una indemnización de 38.000 euros.

Una de las pruebas que la sala ha considerado que reflejan que el acusado tenía una voluntad inequívoca de matar. Una carta con expresiones como: «Me casé por amor y en la boda juramos que estaríamos juntos hasta que la muerte nos separe. Siento que tenga que ser tan pronto»; «es una pena que siendo tan pequeño un niño tenga que quedarse sin padre y sin madre tan pronto», en alusión al hijo de seis años que tenían en común, y «el resultado de esto no puede ser otro que la muerte de uno y cárcel para el otro».

«El acusado acude con pasamontañas y la escopeta con cinco cartuchos, se oculta en la vivienda toda la noche al acecho y cuando siente que su expareja sale le apunta tan cerca que ella desvía el cañón con la mano y sale corriendo despavorida, de espaldas al procesado en dirección a la casa. El acusado le dispara por la espalda al tiempo que le grita que la va a matar», relata la sentencia para considerar que el delito de intento de asesinato ha quedado probado.

Los magistrados descartan la versión dada por el acusado de que el arma se disparó accidentalmente mientras forcejeaba con el padre de la mujer. El fallo señala que este disparo se produjo mientras ella corría a pedir ayuda, momento en que los padres salieron a socorrerla.