Beatriz Ureña es la técnico marítimo de Cruz Roja Dénia que estuvo la tarde del sábado trabajando. Explica que la embarcación de la Cruz Roja hacía prácticas por la zona cuando recibió el aviso. Así, se puso a las indicaciones de Salvamento Marítimo que, desde tierra, coordinaba a todos los efectivos y, siguiendo parámetros de rastreo, empezó a buscar a la náufraga.

El equipo de la embarcación de la Cruz Roja, igual que el resto, «en ningún momento dejó de buscar, aunque con las condiciones y mientras pasan las horas, empiezas a pensar que quizás no haya un final feliz», apunta Ureña.

Además de en el mar, donde el equipo tuvo que hacer un relevo, Cruz Roja también acompañó a las deportistas que estaban en tierra y esperaban noticias. «Ante una emergencia así, es igual o más importante un acompañamiento psicológico a las personas afectadas», detalla. Los profesionales sanitarios encargados de esto preparan tanto «para asimilar un desenlace positivo como negativo», asegura la técnico.

Cayó la noche y la la embarcación LS Diana de Cruz Roja se retiró, por falta de visibilidad. No obstante, en el último momento, uno de los helicópteros de Salvamento Marítimo localizó a Sonia Mengod en el mar. «Cuando escuchamos la notica fue como un milagro, a más de uno se le saltaron las lágrimas; a nosotros también», comenta la miembro de Cruz Roja.

En la búsqueda trabajaron una treintena de profesionales, además de los regatistas que se sumaron. Es una labor «compleja para todos», detalla, pero que siempre funciona porque «estamos unidos por un mismo fin».