Los cinco policías nacionales acusados de la muerte y detención ilegal del vecino de Cartagena Diego Pérez, cuyo cadáver fue hallado en Cala Cortina en marzo de 2014, han aceptado un acuerdo de conformidad con las acusaciones por el que no cumplirían más de 4 años de cárcel, según fuentes judiciales.

El acuerdo, que deberá ser concretado hoy en una comparecencia convocada por el presidente del jurado popular que los iba a juzgar a partir de la próxima semana, señala que los hechos serían constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia y de otro de detención ilegal, por cada uno de los cuales cumplirían 2 años de cárcel.

El pacto de conformidad, con el que están de acuerdo la Fiscalía y la acusación particular que ejerce la familia del fallecido, incluye también el pago de una indemnización a esta última de 450.000 euros.

En la comparecencia de esta mañana, en la que si se ratifica el acuerdo, evitaría la vista oral, los agentes deberán declarar si están conformes con él y si aceptan las penas citadas.

Suspensión de pena

Según las mismas fuentes, los abogados defensores podrían solicitar la suspensión de la pena de cárcel por un tiempo determinado, lo que evitaría su ingreso en prisión, en la que estuvieron de forma preventiva desde octubre de 2014 hasta diciembre de 2015, cuando salieron en libertad provisional.

Según el acuerdo, la muerte de Diego Pérez, vecino del barrio cartagenero de Las Seiscientas, se habría producido de forma accidental cuando los policías lo trasladaron desde su domicilio a esa cala, donde desapareció.

En principio, eran seis los agentes detenidos por estos hechos, aunque uno de ellos murió un año después en un hospital de Madrid de una pancreatitis cuando aún estaba en prisión preventiva.

Arrojado al mar

Las acusaciones habían sostenido que la muerte no había sido accidental, sino que los policías lo habrían arrojado al mar por uno de los escarpes de la cala.

Los hechos fueron descubiertos por la unidad de asuntos internos de la Policía Nacional, que sospechó de la actuación de esos agentes tras la declaración de un testigo protegido que reveló que la noche en la que se perdió toda pista sobre Diego Pérez, este había sido introducido violentamente en uno de los coches patrulla a las puertas de su domicilio.

Los acusados reconocieron en un primer momento que lo trasladaron a la playa, pero que una vez allí, se les escapó del coche policial y se perdió por la zona.

Hoy se conocerá si se ratica el acuerdo de conformidad entre las partes.