El terrorismo nunca se ha desvanecido del todo de Europa occidental. Sin embargo, sí ha habido periodos de tiempo en los que su presencia ha sido considerablemente menor, como los aproximadamente veinte años transcurridos desde 1995 a 2014, con excepción del año 2004, en el que el atentado de Atocha en Madrid causó 193 víctimas. Entre 1972 y 1992 el número de asesinatos llevados a cabo por organizaciones terroristas era considerablemente más alto que en los años posteriores. Esto se debe, en gran medida, a la acción de bandas activas especialmente en España (ETA) y Reino Unido (IRA), cuyo número de víctimas disminuyó a partir de la década de los noventa.