El terrorismo yihadista golpeó ayer España por segunda vez desde el 11M de 2004 con un atentado en el centro de Barcelona que costó la vida de al menos 13 personas y dejó más de 100 heridos, 15 de ellos en estado grave. El grupo yihadista Estado Islámico (EI), a través de su agencia afín, Amaq, reivindicó a última hora de ayer la autoría del atentado, que supone su primera actuación en suelo español tras haber golpeado otras ciudades europeas como París, Londres, Bruselas, Niza o Estocolmo.

Sobre las 17.00 horas de la tarde, en las Ramblas de la capital catalana, una furgoneta de color blanco embistió a la multitud de personas, muchas de ellas turistas, que en ese momento paseaban por la que es una de las principales arterias de la ciudad. La furgoneta, circulando a gran velocidad y en zig-zag, arrolló a decenas de personas hasta que detuvo su camino tras recorrer unos 500 metros provocando escenas de pánico entre los transeúntes. Tras provocar el terror, el atacante se dio a la fuga y su captura se ha convertido en el objetivo prioritario de los cuerpos de seguridad.

La incertidumbre y el pánico cundieron en el centro, que en esta época registra un elevado número de visitantes. Al menos hubo tres estampidas, lo que muestra el ambiente de miedo e incertidumbre que se adueñó durante las primeras horas del centro de la capital catalana. En la mente de todos estaban los atentados de París, Bruselas o Londres. El cordón de seguridad, para facilitar la atención a los víctimas y el rastreo de los autores del atentado, fue ampliándose a medida que pasaban los minutos.

Ante las llamadas de socorro de los ciudadanos alertando del atropello se puso en marcha en pocos minutos un impresionante operativo para acordonar el centro de Barcelona, detener a los presuntos autores mediante la llamada operación Jaula y atender a las víctimas. Además, cortaron el transporte público y pidieron a los ciudadanos y a los turistas que no transitaran por las zonas céntricas.

Conforme avanzaba la tarde y se confirmaban los peores temores sobre la naturaleza terrorista del atropello, el Gobierno catalán habilitó el teléfono gratuito 900400012 para atender a las víctimas del atentado. El conseller de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, agradeció la actitud cívica de la ciudadanía y les pidió que, si no era estrictamente necesario, evitaran salir y no se desplazaran a los lugares donde se habían producido los hechos en el centro de la capital catalana.

Dentro de la operación antiterrorista desplegada, las fuerzas de seguridad localizaron también un segundo vehículo sospechoso en Vic, que agentes especializados en explosivos examinaban al cierre de esta edición con sumo cuidado ante la sospecha de que pudiera transportar material peligroso, que en un principio se había descartado. La situación en el centro de la ciudad, horas después del atentado y al cierre de esta edición, seguía marcada por el trauma y el silencio. Las calles mostraban un aspecto desértico, los turistas se habían encerrado en los hoteles y las estaciones de metro y tren estaban clausuradas.

Las secuelas se extendieron incluso hasta el aeropuerto de El Prat, donde los empleados de la empresa de seguridad, Eulen, decidieron ayer suspender temporalmente la huelga que mantienen. Una de las grandes sorpresas que arrojó ayer la comparecencia del jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, fue la vinculación del atentado terrorista en Barcelona con la explosión que tuvo lugar el miércoles en una vivienda de la localidad tarraconense de Alcanar, en la que murió una persona y otras siete resultaron heridas.

Aseguró que el atentado en la capital catalana pretendía matar «al máximo número de personas», y pese a no poder entrar en detalles, añadió que algunos elementos de la investigación llevaban a conectar «de forma clara y con pocas dudas» el atropello masivo con lo sucedido en Alcanar.

El incidente de Alcanar tuvo lugar a las 23.17 horas del miércoles en una viviend que se derrumbó a causa de la potente deflagración y en cuyo interior se encontraban dos personas: el fallecido -pendiente de identificación- y un hombre, rescatado del interior con heridas graves.

Según Trapero, la vinculación entre ambas cuestiones también les permitió detener a dos personas «directamente implicadas» en el atentado de Barcelona, pero dejó claro que ninguna de ellas era el conductor de la furgoneta que seguía huido. No obstante, el responsable policial descartó otro ataque terrorista en Cataluña de forma inminente, aunque fuentes policiales vincularon el atentado de Barcelona con una posible célula que podría haberse formado en Alcanar.

De hecho, los Mossos d'Esquadra barajaban la posibilidad de que el atentado en Barcelona se precipitara, precisamente, después de que uno todavía mayor fracasara tras la explosión en Alcanar.

Tras confiar en que la investigación les permita detener a todas las personas relacionadas con los hechos, Trapero dijo que Las Ramblas y otras zonas de Barcelona seguirán bajo «un fuerte control policial» durante los próximos días. Al filo de la medianoche, Las Ramblas fueron reabiertas al tráfico.

Trapero subrayó ayer que las fuerzas de seguridad habían detenido a dos personas por su presunta relación con el atentado de Barcelona, pero que el autor del atropello masivo se encontraba huido.

Según los datos facilitados por Trapero, el segundo de los arrestados es de origen marroquí y fue localizado en Ripoll. El primero, español, es natural de Melilla y fue arrestado tras la explosión registrada en la localidad tarraconense de Alcanar. Ambos, según los Mossos, están relacionados con el atentado pero ninguno de ellos era el autor directo, un hombre de metro y setenta centímetros, vestido con una camisa de color blanco y rayas azules .

El arrestado en Ripoll, Driss Oukabir, estaría directamente vinculado a la furgoneta del ataque, en la que solo iba un ocupante. Según el alcalde de Ripoll, Oukabir fue interceptado por la policía autonómica cuando iba a denunciar que le habían robado la documentación. Según explicó a los investigadores, habría sido su hermano menor, Mussa, quien le robó el pasaporte. Su nombre fue utilizado para alquilar la furgoneta utilizada en el atentado y la segunda, vinculada a la misma célula, localizada en Vic.