Un tribunal juzgará el próximo jueves a dos sospechosos de matar a un hombre que les había acogido en su casa de Dénia para robarle, hechos por los que ya fue condenado el pasado mes de diciembre un tercer implicado a doce años y medio de cárcel.

Los tres acusados, todos ellos jóvenes de nacionalidad rumana, conocieron a la víctima, Á.N.J., un vecino de Madrid de 58 años, a principios del verano de 2014 en la estación de autobuses de Méndez Álvaro, ubicada en la capital.

Tal y como declaró probado la sección segunda de la Audiencia de Alicante en su anterior sentencia por este crimen, el hombre inició una relación sentimental con uno de ellos y lo acogió junto a sus amigos en su casa.

Ya en agosto, les invitó a pasar unas vacaciones en su apartamento de la urbanización Sueños, en Dénia, donde él solía acudir cada verano por esas fechas.

Tras pasar unos días de descanso en este domicilio, conscientes de su "alto nivel adquisitivo" y "cansados de depender económicamente de su anfitrión", según el tribunal, los acusados planearon robarle "la mayor cantidad de dinero" que pudieran antes de regresar a Rumanía.

Así, el 15 de agosto, después de cenar, cuando Ángel N.J. se fue a su dormitorio para descansar, le siguieron, le golpearon y le amenazaron para que revelara dónde escondía el dinero.

El hombre fue atado de pies con un cinturón y unos cables y los presuntos ladrones le introdujeron un calcetín en la boca que bloqueó su garganta y provocó su muerte por asfixia.

A continuación, revolvieron la casa y se apoderaron de 10.000 euros que el fallecido guardaba en un armario y huyeron del apartamento, donde una sobrina de la víctima descubrió el cadáver cinco días más tarde.

Uno de los procesados, D.F.R., reconoció en un juicio celebrado el pasado mes de noviembre que había participado en el robo y se había repartido el botín con sus dos amigos, pero negó que fueran conscientes de que hubieran matado a Á.N.J.

Los magistrados dictaminaron en cambio que los tres sospechosos actuaron "de forma concertada con el objeto de impedir cualquier posibilidad de defensa por la víctima", una persona de una edad considerable que, además, estaba enferma.

El tribunal condenó a D.F.R. a doce años y seis meses de cárcel por un homicidio y un robo violento con agravante de abuso de superioridad, aunque le aplicó la atenuante de colaboración con la Justicia porque había confesado y había ayudado a esclarecer el crimen.

Precisamente sus cómplices intentaron evitar esa confesión con una agresión por la que cumplían condena en Rumanía, país que acaba de extraditarles ahora para que sean juzgados por el homicidio en una vista que la sección segunda de la Audiencia de Alicante acogerá el próximo jueves, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).