La agresión sufrida por una mujer asistente a la verbena de la falla l'Algüer-Ingeniero Rafael Janini ha puesto en evidencia que este tipo de incidentes son más frecuentes de lo que se cree, pero que las comisiones procuran quitarle importancia. Lanzamiento de agua (sola o con lejía), huevos, balines y otros elementos, irrupción de personas sin control robando bebida o destrozando objetos (peleas incluidas en ocasiones) son hechos que rara es la comisión que, en alguna ocasión.

Sin embargo, pocas veces acaban como en esta ocasión, en que una mujer acabó en el hospital y a la que le quedan por delante una semana de curas de las abrasiones sufridas. La causa: recibir en plena cara un producto corrosivo, se cree que amoniaco, lanzado aparentemente desde un balcón. La denuncia ante la Policía Local está presentada, pero existen dudas de que pueda llegar a determinarse el lugar desde el que se lanzó el produco. La víctima ni siquiera es fallera de la comisión, sino que acudió por tener relación con miembros de la misma. Tras ser atendida en la propia comisión fue llevada al centro de salud del barrio y de ahí fue derivada a un centro hospitalario. La recuperación marcha bien, no se ha producido ningún daño irreversible en el ojo, pero tendrá que someterse a curas durante varios días.

La mujer fue la herida más grave, pero otros adultos y hasta tres niños sufrieron quemaduras menores y, en este caso, tal como decía ayer el presidente de la comisión, Rafael Lleó, «no estamos hablando de niños mayores, sino de muy poca edad. Y el milagro fue que el amoniaco, o lo que fuera, cayó sobre la capota de un par de cochecitos de niños. Que la suerte es que estaban protegidos y no les cayeron más que algunas gotas en las piernas».

Cada falla es una historia, pero en esta comisión sí que recordaban otro incidente, no menos salvaje: «hace años, en una mascletà, alguien lanzó una torre de ordenador a la zona de fuegos. No era donde estaba el público, pero podía haberle dado perfectamente a los pirotécnicos». Con todo, Lleó sigue sin entender «qué debió pasar por la cabeza de quien lanzó el producto, sin medir lo que podía haber pasado» y teniendo claro que «no lanzaron un vaso, desde luego, era bastante más». El asunto se ha denunciado y también la comisión ha informado a la delegación de incidencias de JCF.

El incidente ha generado una corriente de simpatías en diferentes sectores ciudadanos. Los parti dos políticos (PP y Ciudadanos) expresaron su solidaridad con la comisión. El concejal Pere Fuset aseguró que «un vándalo siempre es un vándalo. Aunque las verbenas generen molestias, nada justifica esta conducta» y, como es natural, las comisiones y especialmente las vecinas. El presidente de la Agrupación de Fallas del Marítimo, José Pastor, destacó que «es increíble: cada vez estamos más por la concienciación y ahora es cuando todos tenemos más problemas. Hubo una época en la que había mucho menos control y no pasaban estas cosas y ahora, que todo estamos por la labor, pasan estas cosas».