El exmilitar condenado a 16 años y medio de cárcel por secuestrar en julio de 2009 a la hijastra del delegado de Seur en Alicante fue juzgado ayer de nuevo bajo la acusación de amenazar de muerte desde prisión al padrastro y a la madre de la víctima desde prisión y exigirles el pago de entre 300.000 y 400.000 euros. El secuestrador fue juzgado en Alicante junto a otros dos acusados, con los que coincidió en 2009 en las prisiones de Villena y Ocaña y a los que utilizó presuntamente para enviar cartas con insultos y amenazas y realizar llamadas telefónicas desde el interior de la prisión a la familia de la secuestrada. El fiscal solicitó que sea condenado a dos años de prisión al considerar que concurre la atenuante de dilaciones indebidas, mientras que la acusación particular mantuvo la petición de cuatro años de prisión y las defensas de los tres acusados su absolución, además de plantear la prescripción de los delitos.

Para los otros dos acusados el fiscal pidió sendas penas de un año y medio y un año y tres meses de cárcel.

El secuestrador negó al fiscal y a la acusación particular ser el autor de las cartas que recibió el delegado de Seur y de las llamadas amenazantes como represalias por el rapto resuelto por la Policía. Ante la existencia de una huella dactilar suya en uno de los sobres alegó que en la biblioteca de la cárcel hay muchos sobres y cualquier preso pudo recoger uno que él tocó.

Otro acusado con el que compartió celda en la cárcel de Villena no ratificó ayer su primera declaración ante la Policía, en la que reconoció haber efectuado tres llamadas al padrastro y a la madre, y ayer únicamente admitió que como quería obtener un móvil para llamar a su familia aceptó realizar una llamada al padrastro de la víctima a instancias del secuestrador, pero aseguró que no sabía quién era y enseguida le quitó el terminal y le dijo «hijo puta, te voy a matar».

Miedo

Un tercer procesado por las amenazas, con el que el secuestrador estuvo en la prisión de Ocaña, sí reconoció haber escrito varias cartas con amenazas pero aseguró que lo hizo «por miedo» ya que le amenazó con que le pasaría algo malo tanto a él como a su familia. Lo que no admitió este acusado es una llamada telefónica realizada cuando salió de prisión desde una cabina de Toledo. En dicha llamada, según la acusación del fiscal, le dijo que llamaba en nombre de Vicente -el secuestrador- y que le iba «a matar por chivato y que le pagues lo que le debes».

El delegado de Seur declaró por su parte en el juicio que recibió una «sucesión de amenazas e insultos» tanto a él como a su familia. Su mujer testificó que le llamaron para decirle que su marido debía 300.000 euros y le amenazaron con enviar a unas personas para matarlo.

La pareja coincidió en señalar que la persona que les llamó tenía «acento sudamericano», pero el acusado de realizar dichas llamadas es de un pueblo de Murcia. No obstante, las acusaciones destacaron que se hizo un reconocimiento de voz en la que le identificaron.

Los policías también ratificaron que cuando fueron a detenerle en prisión fueron también amenazados y profirió amenazas contra el padrastro de la víctima del rapto.