La Guardia Civil investiga en Mutxamel a una joven de 26 años como presunta autora de un delito de maltrato animal con resultado de muerte, la de un caballo y un perro, y le abre expediente por 10 sanciones administrativas relacionadas con los hechos, según informó ayer en un comunicado el Instituto Armado.

Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil iniciaron una investigación por fuertes olores que emanaban de una finca de Mutxamel y comprobaron que, desde uno de los puntos del vallado, se podía observar lo que parecía ser un caballo, que se encontraba inmóvil en el suelo, aparentemente muerto.

Los agentes tomaron declaración a diversos vecinos del lugar y consiguieron averiguar la identidad de la dueña, una joven española de 26 años y responsable del animal. Al entrar en la finca pudieron observar que el caballo, que estaba muerto, tenía evidentes signos de falta de higiene y alimentación, por lo que los agentes decidieron levantar acta tras ser certificado por la técnico veterinaria de la Oficina Comarcal Agraria la falta presumible de cuidados del animal y su posterior muerte, que se podría haber producido unos cinco días antes.

A pesar de que la dueña insistió en sus declaraciones en que acudía diariamente a proporcionar comida y cuidado al animal, las señales evidentes de dejadez de la finca y la extrema delgadez del caballo, así como las declaraciones de los vecinos colindantes a la finca, hacen suponer que el caballo habría muerto de inanición.

Durante la inspección los agentes también pudieron observar el cuerpo sin vida de un perro, de la raza doberman, que al parecer se habría escapado de la finca y había sido atropellado en una carretera cercana. El atropello, que se había producido un día antes, fue comunicado por agentes de la Policía Local a la dueña, que trasladó el cuerpo a la finca para enterrarlo, sin llegar a hacerlo.

Según refleja la investigación, la mujer había contratado el alquiler de una máquina excavadora para enterrar el cuerpo del caballo, cuando la ley actual exige la incineración del cadáver, por lo cual el equipo del Seprona tuvo que realizar gestiones para la retirada del equino por una empresa autorizada.

Los especialistas del Seprona de la Guardia Civil tuvieron conocimiento de que los vecinos trataron de socorrer al animal y pusieron en conocimiento de la Fundación Raúl Mérida la situación del caballo, pero no pudo hacer nada al oponerse la dueña del animal.

Una de las misiones del Seprona, creado en 1988, es la de evitar y prevenir agresiones al medioambiente y a los animales, por lo que la Guardia Civil recomienda a los ciudadanos que en casos como éste recurran al teléfono 062 para denunciarlo.