La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un hombre acusado de abusar durante un año de una niña de doce en la localidad de Callosa d'en Sarrià. El procesado admitió ayer todos los hechos, aunque no estaba de acuerdo con las penas que le solicitaban las acusaciones. La Fiscalía y la acusación particular piden una pena de ocho años de prisión, mientras que la defensa planteaba que la pena oscilara entre cuatro y seis años ya que el procesado había confesado los hechos y había tratado de reparar el daño.

El acusado, que está casado y tiene una hija, estaba dentro del círculo de amistades de su víctima y se ganó su confianza para que accediera a tener relaciones con él. Los hechos ocurrieron entre el 15 de septiembre de 2015 y el 21 de junio de 2016, tiempo durante el que el procesado estuvo manteniendo relaciones completas con la menor, que contaba con doce años de edad. Los contactos se mantenían unas veces en el coche del acusado en un descampado y otras en el domicilio de éste. Fuentes cercanas al caso indicaron que la pequeña llegó a estar enamorada de él y estaba convencida de que se la iba a llevar a Ecuador para casarse con ella.

Desde su detención por estos hechos, ha estado en prisión preventiva. El fiscal pedía inicialmente hasta doce años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales a menores de 16 años, solicitud de pena que se bajó tras la confesión del acusado. También se pedía una orden de alejamiento de 22 años de la menor y su inhabilitación para cualquier profesión que conlleve el contacto con menores de 17 años.

Por otro lado, la Audiencia sentó también ayer en el banquillo a un octogenario acusado de abusar en 2015 de una de sus cuatro nietas en su domicilio en San Vicente del Raspeig. Las pequeñas pasaban muchas horas al día en la casa del acusado, ya que la madre le pidió que las cuidara mientras ella estaba en el trabajo. La madre estaba separada y cada quince días las niñas se turnaban para estar en las casas de los dos progenitores. El acusado negó ayer haber realizado tocamientos a la menor de nueve años tras llevarla a su dormitorio, ni haberse exhibido sus genitales ante ésta y otra de las hermanas. La Fiscalía mantuvo su acusación de cinco años y medio de cárcel por los abusos y once meses por exhibicionismo.

El padre de la menor dijo que ésta se lo contó un día que fue a recogerla y presentaron denuncia a la Guardia Civil. Desde la defensa se planteó que la niña presentaba numerosos problemas a raíz de la separación de sus padres y que constantemente hacía cosas para llamar la atención.