Un ciudadano ruso acusado de secuestrar a un compatriota para que le entregara el dinero que tenía en su poder para la compra de un piso y al que condujeron hasta La Vila Joiosa se negó ayer a reconocer los hechos y cerrar un pacto de conformidad con el fiscal del caso. Durante la comparecencia que había sido convocada por la Audiencia Provincial de Murcia, el procesado, Vyacheslav K., conocido por «Slavik», no alcanzó el acuerdo que habría evitado la celebración de la vista oral.

La acusación pública solicita para él penas que suman nueve años y medio de cárcel, ya que, además del secuestro, y durante el trayecto de Murcia a La Vila, la víctima sufrió la pérdida de un diente por los golpes supuestamente propinados por el acusado y un acompañante que está identificado pero que no ha podido ser localizado para el juicio.

Señalan las conclusiones provisionales del ministerio público, a las que ha tenido acceso Efe, que el acusado, que se encuentra en prisión desde que fue detenido por estos hechos, planeó el secuestro, para lo cual, en un principio, consiguió que una antigua novia que a su vez era amiga del secuestrado, alquilara un coche a nombre de ella. Ella, siempre según el fiscal, accedió a ello, aunque desconocía los planes que el procesado, supuestamente, tenía en la cabeza.

Con dicho vehículo, el acusado y su compatriota no localizado, se dirigieron el cuatro de noviembre del año 2011 hacia el barrio de Murcia donde residía el perjudicado, al que convencieron para que les acompañara a un centro comercial. Unas horas después, volvieron a las inmediaciones del mismo domicilio, y con la excusa de hacerle una consulta, lograron que saliera de nuevo a la calle, momento en que lograron introducirlo en el coche con la ayuda de descargas eléctricas de una pistola que utilizaron sobre varias partes del cuerpo.

Durante el trayecto hacia La Vila le exigieron dinero, «y como solo les ofrecía cinco mil euros, solicitaron al menos treinta mil». Finalmente, consiguieron que la amiga pasara por el domicilio del secuestrado y recogiera diez mil euros, que entregó al procesado junto con otros siete mil euros que aportó ella de sus propios ahorros. la víctima fue introducida en el maletero del coche y puesta en libertad en un camino ubicado entre Elche y Crevillent.