La Guardia Civil ha detenido en Torrevieja y en Francia a dos hombres sospechosos de haber acabado con la vida de un lituano de unos 40 años que apareció a principios del pasado mes de febrero mutilado y atado con bridas en una casa de Cartagena, un crimen que podría estar relacionado con el tráfico de estupefacientes.

El cuerpo fue hallado en febrero en el porche de una vivienda del camino de los Castillejos, en el barrio de San Isidro.

Ahora los investigadores del Instituto Armado están a la espera de los resultados de las pruebas de ADN con el fin de determinar si estos dos hombres de nacionalidad lituana detenidos son responsables directos de la muerte de su compatriota.

El primer arresto fue realizado hace unas semanas en una localidad francesa. Los gendarmes pararon a dos vehículos sospechosos, en los que viajaban estos hombres originarios de Lituania. En uno de los coches se encontró droga, por lo que el conductor de este vehículo fue arrestado e ingresado en prisión. En el otro turismo no se halló nada sospechoso y su ocupante quedó libre.

Este segundo sospechoso ha sido localizado y detenido esta semana por la Guardia Civil en Torrevieja.

Desde el primer momento, la hipótesis de una muerte violenta por temas relacionados con el narcotráfico planeó sobre este caso.

Un camionero dio al alarma

El macabro hallazgo se produjo a principios de febrero en la carretera que une San Isidro con Los Castillejos, en la diputación cartagenera de La Magdalena. El conductor de un camión de grandes dimensiones que pasaba por la citada vía vio sobre las once de la mañana a un hombre con gafas de sol en el porche de una vivienda en una posición extraña, pero no fue hasta su regreso por la misma carretera, sobre las tres de la tarde, cuando volvió a ver a la víctima y dio la voz de alarma. Según su llamada al centro de emergencias el hombre se encontraba con las manos atadas a la espalda con bridas y el cuerpo envuelto en papel o plástico, con evidentes signos de violencia.

Al lugar se desplazaron efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local de Cartagena, que rápidamente acordonaron el perímetro de la finca y comenzaron la investigación del trágico suceso. El Grupo de Homicidios de la Benemérita asumió inicialmente las pesquisas.

El cadáver presentaba claros signos de violencia y los moratones del cuerpo indicaban que el hombre sufrió una brutal paliza hasta matarlo. Asimismo, el cuerpo tenía las manos mutiladas, al parecer, con el fin de borrarle las huellas dactilares para que no pudiera ser reconocido. Por ello, presentaba cortes en las yemas de los dedos, incluso alguna de las falanges había desaparecido, según las mismas fuentes.

Pese a ser una zona de escasa población y apartada de la ciudad -se encuentra a dos kilómetros de Molinos Marfagones- los vecinos salieron a ver qué había ocurrido. Uno de ellos explicó tras el hallazgo que el hombre estaba en la casa de alquiler y que el domicilio pertenece a un médico militar que reside en Madrid. La misma fuente señaló que el fallecido tenía una gran quemadura en la cara, de algún accidente anterior, y que por eso había decidido vivir apartado de una población con mayor número de habitantes.

Tras el crimen los dos sospechosos huyeron de Cartagena y fueron interceptados cuando circulaban en sendos vehículos por una carretera de Francia.

La Guardia Civil baraja que tanto los detenidos como la víctima se dedicaban al tráfico de drogas en Cartagena y por alguna desavenencia acabaron con la vida del hombre hallado mutilado y atado con bridas en el porche de una vivienda de Cartagena.