La Fiscalía y la acusación particular solicitaron ayer una pena de 15 años de prisión para el acusado de intentar asesinar a su expareja en Elche con una bomba casera que fue colocada en el reposacabezas del coche de la víctima y estalló al accionar el elevalunas para subir la ventanilla. Además de la pena de prisión el fiscal reclamó en el juicio celebrado en la Audiencia de Alicante que indemnice a la expareja con más de 28.000 euros por las lesiones sufridas y los daños ocasionados al vehículo. Por contra, la defensa del acusado, que se declaró inocente, reclamó la absolución y criticó que se le «criminalice» por el hecho de ser mecánico.

Los hechos enjuiciados se produjeron la mañana del 10 de noviembre de 2014 en Elche. La excompañera del procesado y su tía se desplazaron en un Peugeot 206 para realizar compras en Elche y sobre las doce se dispuso a aparcar en la calle Antonio Pascual Quiles, momento en que ella detectó un fuerte olor a quemado. Según la acusación del fiscal, al terminar la maniobra de aparcamiento procedió a subir la ventanilla con el elevalunas eléctrico y sacó la llave del contacto, instante en el que se produjo una fuerte explosión procedente del reposacabezas del conductor. La mujer sufrió diversas lesiones y quemaduras que tardaron en curar 120 días, quedándole como secuelas un déficit de la agudeza auditiva, un trastorno depresivo reactivo y un perjuicio estético, según la acusación pública.

Para el fiscal y la acusación particular ejercida por la expareja del procesado, el intento de asesinato está relacionado con una demanda que había presentado ella en los juzgados para el reconocimiento de sus dos hijos con el objetivo de que le pagara una pensión de 600 euros. Pocos días antes de la celebración de la vista donde se debía fijar una medida cautelar sobre la pensión, el fiscal sostiene que el acusado aprovechó sus conocimientos de mecánico electricista para manipular el sistema de elevalunas eléctrico delantero y conectarle el artefacto casero. Para ello, según el ministerio público, usó presuntamente un reposacabezas de un coche similar al de su expareja para colocar dentro un artefacto explosivo elaborado con un tubo de pvc, pólvora sin humo y multitud de bolas de plomo de pequeño tamaño de diferentes cartuchos y un puente de incandescencia para activar la carga.

Protegida por la ropa

La Fiscalía considera que el artefacto contenía suficientes proyectiles para haberle causado la muerte a la mujer. «Era un instrumento adecuado para ello», indicó el fiscal en su informe, además de precisar que no murió porque la ropa que llevaba le dio cierta protección en la zona del cuello. Asimismo, aseguró que hay «una probabilidad entre mil millones de que sea otro autor».

Por su parte, el acusado se declaró inocente y aprovechó el turno de última palabra en el juicio para declarar que «me acusan de algo que no he hecho... Yo no he hecho nada ni daño a esa persona». Asimismo, puntualizó que los tubos de pvc que le intervienen en su taller son de 50 milímetros de grosor y no de 16 como el usado para fabricar el artefacto. Su abogada resaltó que se le ha criminalizado sólo con unos indicios y que él siempre quiso reconocer a sus hijas. Asimismo, indicó que ninguno de los reposacabezas hallados en un Peugeot que tenía en su taller pertenecían a ese coche y que el artefacto necesitaba más explosivo para matar a una persona.