Con una orden de alejamiento que le impedía acercarse a su expareja en Dénia, volvió a convivir con ella en su casa y una noche, mientras ella dormía, la degolló con un cuchillo de cocina. Fue uno de los nueve crímenes de violencia machista que se cometió en la provincia en 2015, un año especialmente trágico en la lucha contra la violencia de género. La Fiscalía reclama penas que suman 21 años de cárcel para el presunto maltratador por asesinato y quebrantamiento de condena. El juicio acaba de llegar a la Audiencia de Alicante para que sea enjuiciada por un jurado popular. Las fuentes consultadas por este diario apuntaron a que la vista podría señalarse poco antes de este verano. El acusado se encuentra en prisión preventiva desde que fue detenido por estos hechos.

La pareja tenía una hija en común y, en teoría, habían terminado su relación en diciembre de 2014, con motivo de un juicio de malos tratos. En la práctica, los dos seguían viéndose y él se quedaba a dormir con ella varias noches a la semana. El crimen ocurrió la madrugada del 15 de mayo de 2015. Francisco José Navarro y Gemma Martín, agresor y víctima y de 49 y 48 años de edad respectivamente, se encontraban en la cama del dormitorio viendo la televisión. Sobre las 2.30 horas de la madrugada, el fiscal relata en el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario que el acusado bajó a la cocina y cogió un cuchillo con el que le cortó el cuello mientras ella dormía.

Asesinato

La Fiscalía considera que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse. La hemorragia masiva que le causaron las heridas del cuchillo, de 14 centímetros de hoja, determinaron que la mujer falleciera desangrada. Tras acabar con la vida de su pareja, el agresor cogió el teléfono y llamó a la Policía Nacional para confesar el crimen. Los servicios de emergencias tan sólo pudieran certificar la defunción de la víctima. El cadáver presentaba al menos cuatro heridas causadas con el cuchillo, dos de ellas superficiales. Por su parte, el hombre intentó autolesionarse con el cuchillo en la muñeca.

En su día, los vecinos relataron que la mujer contaba en su teléfono móvil con un sistema de protección, con el que le hubiera bastado pulsar una tecla para alertar a las Fuerzas de Seguridad de que su vida estaba en riesgo. El protocolo de malos tratos la tenía calificada como de riesgo bajo.

El Ministerio Público considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con la agravante de parentesco, motivo por el que reclama la pena de veinte años de prisión.

Condena anterior

Se da la circunstancia de que el agresor y la fallecida habían reanudado la convivencia desde hacía un mes, a pesar de que un juzgado había dictado una orden de alejamiento en un procedimiento de malos tratos. El juzgado de Violencia sobre la Mujer uno de Dénia le condenó en diciembre de 2014 por lesiones y vejaciones a la víctima, aunque la pena fue leve al llegar las partes a un acuerdo de conformidad: 50 días de trabajo en beneficio de la comunidad por las lesiones leves y cuatro días de localización permanente por una falta de vejaciones. La orden de alejamiento, que le impedía acercarse a menos de 300 metros o a contactar con ella, estaba vigente hasta el mes de abril de 2016.

La Fiscalía considera que el acusado conocía perfectamente que no podía acercarse a su víctima y que no tuvo intención de cumplir la medida, por ello pernoctaba en la casa de Gemma varios días a la semana y mantenía constante contacto telefónico con ella. Por este delito, reclama una pena de un año de cárcel por un quebrantamiento continuado de condena.

Los vecinos relataron en su día que la mujer vivía atemorizada por su expareja y que parecía estar feliz tras romper con él. Sin embargo, un mes de antes de su muerte, ella decidió volverle a dejar entrar en casa y hasta quedarse alguna noche.

La Audiencia de Alicante tiene que buscar fecha para celebrar este juicio, aunque las fuentes consultadas por este diario apuntaron a que con toda probabilidad éste podría celebrarse el próximo mes de junio.