Tres de los cuatro acusados por un laboratorio de anfetaminas en Alcalalí admitieron los hechos ayer a cambio de una rebaja en la condena que pedía para ellos la Fiscalía. Los procesados que se han conformado son el «cocinero» de la droga y dos intermediarios, mientras que el presunto cerebro de la red de origen británico rechazó su implicación en los hechos y se negó a declarar. El cocinero del laboratorio de drogas de diseño aceptó ayer una de tres años y dos meses de cárcel por estos hechos. Éste era el único de los acusados que se encontraba en prisión por estos hechos, aunque la Audiencia había permitido que saliera de la cárcel si pagaba una fianza de 4.000 euros. Al no haber abonado el dinero, sigue en prisión. Entre los defensas se encontraban los abogados Francisco Galiana Botella, José Manuel Yepes y Jorge Martínez Navas.

La trama de tráfico de drogas fue descubierta por unos pinchazos telefónicos ordenados por un juez en otro procedimiento que desembocó en la incuatación de un importante alijo de hachís en el Reino Unido. Los responsables de ese alijo fueron juzgados en ese país pero tres de los implicados fueron procesados posteriormente por un juzgado de Dénia posteriormente, ya que los pinchazos telefónicos apuntaban a que la red pretendía montar un laboratorio de anfetaminas en Alcalalí. Las escuchas telefónicas, que se escucharán en la sesión del juicio que se continuará hoy, reveleban que los implicados ya habían comprado los productos químicos necesarios y habían contratado al cocinero que debía elaborarlas. El juicio ya estuvo señalado el mes de noviembre, pero se suspendió para pedir al Reino Unido los autos por los que comenzaron las escuchas.