El 4 de abril de 2012 un perito judicial apareció apuñalado en la nave de su empresa en la partida alicantina de El Bacarot. La investigación policial apuntaba a una deuda de la víctima de 400.000 euros como móvil del crimen. La Policía llegó a detener al sicario que se encargó de acabar con la vida de la víctima y a un sospechoso de haberlo encargado. Sin embargo, la vinculación de este último con la muerte no se pudo probar.