Un vecino de San Vicente del Raspeig ha sido condenado a dos años de prisión y a pagar 21.900 euros por una imprudencia grave con resultado de lesiones al arrancarle un trozo de dedo a su expareja con una puerta. Según una sentencia de la Audiencia, la pareja tiene la custodia compartida de sus dos hijos de 11 y 7 años y cuando el acusado fue el 16 de junio de 2015 a iniciar su turno de quince días en el domicilio la expareja le recriminó que dejaba la casa sucia. El procesado le gritó y comenzó a discutir con ella en el rellano. La agarró de los brazos y le empujó contra el marco de la puerta, golpeándola y zarandeándola. Al acudir el hijo mayor por los gritos el acusado soltó a la exmujer y cerró la puerta bruscamente, momento en que le pilló un dedo y le amputó parte del mismo. Ella gritó para que abriera con el fin de recoger el trozo de dedo, pero no lo hizo y lo hizo su hijo.