Cuatro perros, dos de ellos en unas condiciones críticas, han sido recuperados en Alicante por la Policía Local en una operación coordinada por la Concejalía de Protección Animal. La localización de los animales se produjo en una vivienda ubicada en la pedanía del Rebolledo gracias a la denuncia de la propietaria del inmueble, quien puso en conocimiento del Seprona y del Ayuntamiento de Alicante lo que observó cuando se acercó a requerir el alquiler a su inquilina: una veintena de perros de raza (boxers) atados a las puertas con gruesas y cortas cadenas en unas condiciones pésimas de salubridad y en un lamentable estado físico.

Tras la voz de alarma dada por la mujer, la actuación del agente adscrito a la Unidad de Protección Animal junto a la edil de Guanyar Marisol Moreno hizo el resto. Lo que el policía pudo observar a través de las ventanas fue suficiente para que el juez de guardia autorizara la entrada en la vivienda, donde lo que se encontró era aún peor de lo que se esperaba. De los veinte perros sólo quedaban cuatro con una delgadez extrema conviviendo entre excrementos, sangre y basura.

La supuesta artífice, una mujer de que cuya existencia se tiene conocimiento desde hace año y medio sin que haya podido ser localizada ni identificada, tampoco fue encontrada en este operativo. Las sospechas apuntan a que cuando intuyó que se podía actuar contra ella por el impago del alquiler se trasladó dejando allí a los perros que se encontraban en peores condiciones y obstruyendo las cerraduras con silicona. Todo apunta a que podría encontrarse en alguna pedanía de Elche, donde es posible que haya vuelto a alquilar una vivienda para seguir con esta actividad.

De hecho, la primera vez en que se tiene conocimiento de esta mujer fue en marzo de 2015, cuando un ciudadano denunció un criadero ilegal de boxers en una casa alquilada de la que se había dejado de pagar el alquiler. En diciembre de ese mismo año un veterinario de Alicante denunció que una mujer le llevó dos boxers en un estado terminal y que cuando quiso ponerse el contacto con ella para comunicarle que los animales habían muerto no pudo localizarla. En ambos casos los apellidos, aunque no el nombre (que la Policía baraja que se va cambiando) eran coincidentes, lo que activó las alarmas.

La tercera denuncia que podría estar relacionada con esta misma mujer se registra en el Ayuntamiento de San Vicente, donde también se comunicó la existencia de una criadero de boxers, lo que se puso en conocimiento del Seprona. Las sospechas apuntan a que la mujer utiliza los animales de raza para vender su cachorros y que, cuando ya no le sirven para sus fines, los abandona en las casa que va utilizando para que mueran.