El hombre detenido por colocar dos artefactos explosivos en la casa de su expareja en Santa Pola ha sido condenado a 46 días de trabajos en beneficio de la comunidad y una multa de 565 euros por estos hechos, según la sentencia hecha pública ayer por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). La Fiscalía y la defensa cerraron una conformidad en la que el acusado reconoció los hechos que se le imputaban y aceptaba la pena pactada entre las partes. Los delitos por los que se le condena son amenazas con quebrantamiento de condena, resistencia a la autoridad y lesiones leves a los agentes que fueron a arrestarlo.

Según el TSJ, el hombre tenía suspendida una pena de seis meses de prisión por delitos de violencia de género con la condición de que no volviera a delinquir. Tras esta nueva condena, desde el TSJ se indicó que el juez remitirá el fallo al otro juzgado para que tenga conocimiento del mismo. Desde el TSJ se incidió ayer en que la sentencia es fruto del acuerdo alcanzado entre fiscal y defensa, que vinculaba al juez y éste se limitó a aplicarlo al dictar sentencia. Los hechos ocurrieron el lunes 7 de noviembre a las 19.30 horas y el acuerdo se alcanzó en el juzgado de Violencia sobre la Mujer al día siguiente, cuando el arrestado pasó a disposición judicial.

El fallo declara probado que el acusado tenía ya tres condenas por amenazas a su pareja y en el momento de los hechos tenía vigente una orden de alejamiento que le impedía acercarse a menos de 500 metros a ésta. Según la sentencia, pese a los requerimientos y advertencias efectuados y estando vigente el alejamiento, con el ánimo de atemorizar a la mujer, se aproximó hacia el domicilio de ésta, colocando dos botellas de plástico. En el interior había salfumán y bolas de aluminio, que mediante una reacción química explotaron, sin llegar a causar daño alguno .

Momentos después se personó en el domicilio la Guardia Civil, que procedió a la detención del sospechoso. La sentencia dice que el hombre opuso gran resistencia a los agentes y que llegó a arrojarse al suelo, cayendo sobre el pie de uno de ellos. El agente le causó lesiones de carácter leve en el tobillo derecho por las que requirió asistencia médica.

La sentencia le impone una pena de 46 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de amenazas, así como una orden de alejamiento que le impedirá acercarse a la víctima durante dos años. También se le condena a cuatro meses de multa con una cuota diaria de cuatro euros por la resistencia a los guardias civiles; más otra multa de veinte días con una cuota diaria de cuatro euros por un delito leve de lesiones a uno de los agentes, El acusado deberá indemnizar al funcionario con 175 euros por la lesión en el tobillo.

El suceso se produjo el pasado lunes por la tarde cuando una mujer llamó a la Guardia Civil de Santa Pola para alertar a los agentes de que había escuchado dos explosiones en la puerta de su vivienda con un intervalo de 50 minutos entre ambas. La mujer, que tiene dos hijos con el exmarido, dirigió sus sospechas hacia su expareja, que no podía acercarse a ella al existir una orden de alejamiento por violencia de género. En el momento de las explosiones se encontraba también en la casa el hijo menor de la pareja, de 18 años y con un 77% de discapacidad.

Los agentes se desplazaron con urgencia al lugar y observaron en la puerta de la vivienda de la mujer dos botellas de plástico deformadas que contenía restos de un líquido amarillento. Olía a salfumán y algunas personas sufrieron irritación de ojos y fosas nasales. Además de las botellas los agentes comprobaron que en la acera había gran cantidad de restos de aluminio derretido, por lo que pensaron que podía tratarse de una elaboración casera de dos explosivos. La mezcla de salfumán y bolas de aluminio «genera una reacción química considerable», según la Benemérita.