Cientos de personas se congregaron ayer en la plaza de la iglesia de Chella y en el interior de la parroquia de la Virgen de Gracia de esta localidad valenciana para despedir a Vanesa Ferrer, la menor de 15 años asesinada el pasado jueves por un amigo. Su féretro fue recibido entre aplausos en el centro de esta pequeña localidad del interior de Valencia, cuya iglesia y plaza anexa se llenaron de familiares, vecinos y amigos que despidieron a la menor y depositaron decenas de coronas de flores junto a su ataúd. El alcalde de la localidad, José Enrique Talón, así como otros miembros de la corporación acompañaron a los familiares en el transcurso de la ceremonia religiosa, que se desarrolló entre evidentes signos de dolor. Entre los asistentes a la misma, y también congregados en la plaza, junto al ayuntamiento donde ondean banderas a media asta y con crespones negros, se dieron cita numerosos jóvenes compañeros, amigos o conocidos de la fallecida.