El acusado de asesinar a su esposa a sartenazos durante una discusión en Xàbia adujo ayer que se trató de un accidente, en el que la mujer se golpeó la cabeza con una mesa. El juicio por estos hechos, ocurridos la madrugada del 1 de marzo de 2015, arrancó ayer en la Audiencia de Alicante con un jurado popular. Siete mujeres y dos hombres son los que deberán decidir sobre la culpabilidad del acusado. La vista oral arrancó con momentos de tensión, después de que algunos de los familiares de la víctima empezaran a increpar al acusado al oir las explicación del presunto accidente, con gritos de «asesino» y «cobarde». Una hermana de la fallecida tuvo que abandonar la sala entre lágrimas al no poder soportar la tensión.

La Fiscalía y la acusación particular reclaman una condena de veinte años de prisión por un delito de asesinato. Las acusaciones sostienen que el procesado se ensañó con su víctima golpeándola repetidamente con la sartén en la cabeza mientra ella estaba inconsciente en el suelo, hasta que se partió el mango. La agresión se produjo delante de la madre de la mujer asesinada, que salió corriendo a llamar a una ambulancia, y de los dos hijos del matrimonio. La defensa, que lleva el abogado José Soler, mantiene que se trató de una muerte accidental, en la que la sartén no fue el arma homicida, sino que la mujer se golpeó la cabeza con la mesa al ser empujada en la discusión.

El procesado, Mouine B., aseguró ayer que la muerte de su esposa fue un accidente y negó que la sartén fuera el arma utilizada durante el crimen. Según su versión, la discusión empezó porque la mujer le reclamaba su ayuda para subir la compra a casa, pero éste llegó tarde porque la calle estaba cortada por una carrera ciclista y no podía pasar con el coche. Motivo por el que cuando llegó a casa empezó una discusión. El procesado negó haber dicho «a mi no me da órdenes una mujer», así como también rechazó haber manifestado a los agentes que llegaron a la casa que «le había dado su merecido».

Según la declaración del procesado, fue él quien trató de irse de la casa en medio de la discusión y entonces su mujer le cogió del cuello y le volvió a meter dentro de la vivienda. Las acusaciones sostienen que este episodio ocurrió justamente al revés, que era la mujer quien trataba de marcharse y que el presunto agresor la agarró por los pelos y la arrastró por el suelo para obligarla a volver al interior. La fiscal le puso de manifiesto la diferencia de corpulencia física entre uno y otro, pero éste reiteró que fue él quien trató de irse al pasillo. El procesado aseguró que en medio de la discusión se lanzaron objetos, uno de ellos la sartén que la habría golpeado en el brazo y se partió al caer al suelo. La sartén apareció en el fregadero de la cocina y la Guardia Civil apuntó a que el presunto asesino la había fregado para eliminar pruebas. El acusado no supo dar ninguna explicación de por qué la sartén apareció en el fregadero, asimismo también negó haber fregado el suelo para limpiar los restos de sangre. «No había sangre. Era vómito que salió mientras la atendían los sanitarios», explicó.

El juicio continuará hoy con la declaración de los testigos, entre ellos la madre la mujer asesinada, que se encontraba presente en la casa cuando se produjo la pelea y bajó a la calle a pedir ayuda y una ambulancia. El procesado aseguró ayer que él fue quién llamó a la ambulancia y la fiscal le corrigió varias veces para recalcar que esa llamada no aparecía por ningún sitio.