Seis años después del sorteo de Lotería que hizo que Benidorm pellizcara el Gordo, los ecos del premio siguen retumbando en los tribunales de Justicia. La Audiencia sentó ayer en el banquillo a un acusado de robar un décimo de lotería en Benidorm y haber tratado de cobrar el premio cuando días después fue agraciado. El hombre, de nacionalidad búlgara, ha negado robo alguno y sostiene que compró el décimo en un bar de Elche. La víctima del robo es la conocida empresaria benidormense María Zaragoza, fundadora de Alianza Popular en el municipio y concejala en el Ayuntamiento entre 1983 y 1987, La mujer admitió en el juicio que no pudo ver a la persona que le robó la cartera del bolso, pero denunció su sustracción al instante y compró otro antes del sorteo por si resultaba premiado, como así fue.

Ante estos hechos la fiscal, aunque sobre el papel mantuvo todas las acusaciones, en su informe final admitió que había pocas pruebas que demostraran que el acusado fuera el autor del robo, ni que conociera la procedencia ilícita del décimo. Por su parte, desde la acusación particular que ejerce la perjudicada se reclaman cuatro años de cárcel para el acusado por un delito de apropiación indebida.

Los hechos ocurrieron en Benidorm en el 26 de agosto de 2010, cuando la víctima sufrió un robo al descuido en el céntrico Paseo de la Carretera, una de las más transitadas de la ciudad y donde los carteristas aprovechan para tratar de aprovechar la temporada alta. Aparentemente no había nada de excesivo valor dentro de la cartera: documentos oficiales y bancarios, quince euros en efectivo y un décimo de lotería. La víctima presentó inmediatamente la correspondiente denuncia en la Comisaría de Benidorm.

Los hechos no pasarían de ser un simple hurto de no haber sido premiado el décimo pocos días después del robo, concretamente en el sorteo celebrado el 28 de agosto. Ese fin de semana, caía el premio gordo en Benidorm, poniendo el broche final del verano, repartiendo una lluvia de millones entre los agraciados.

La prueba acusadora ha sido el propio décimo que el acusado llevaba encima en el momento de su detención cuando se encontraba en la administración de Loterías. La lotera detectó en el acto que se trataba del décimo robado y avisó inmediatamente a la Policía.

No en vano, la víctima estaba abonada a ese número desde hace años, ya que era el que vendía la parroquia Nuestra Señora de la Almudena de Benidorm. El décimo ha sido entregado en calidad de depósito a María Zaragoza, que debe custodiarlo hasta que se cierre el proceso. En este pleito, el tribunal deberá resolver si entrega a la víctima la propiedad del billete. La acusación incidió en que durante todo el proceso el acusado ni siquiera ha intentado reclamar el dinero del premio. La defensa señaló que los hechos estaban prescritos e incidió en que gracias al robo la víctima había sido agraciada dos veces con el premio.