Un violento incendio, con varias y sonoras explosiones, grandes llamaradas y una enorme columna de humo arrasó anoche la nave de la empresa Aislamientos Acústicos Levante, situada en la esquinas de las calles Isidoro de Sevilla y Bolulla, en el polígono industrial de Rabasa, en Alicante. El fuego, declarado hacia las 20.30 horas y que redujo a escombros el edificio, también afectó a una empresa contigua, Gráficas Mesa, cuyos propietarios, al cierre de la edición impresa de este diario, intentaban evaluar los daños, sin poder hacerlo porque los Bomberos seguían extinguiendo las llamas, controladas hacia las diez de la noche, pero no sofocadas totalmente hasta hora y media después.

El fuego reventó completamente y tiró al suelo la fachada y una pared de la nave donde se originó por causas que investiga la Policía Nacional. Los agentes que acudieron a la zona intentaron en un primer momento asegurar el lugar. Ayudados por la Policía Local controlaron el perímetro y lo acordonaron, puesto que la intensidad de las llamas y las explosiones alertaron a numerosos vecinos del barrio cercano, Divina Pastora, que se concentraron en masa.

Aislamientos Acústicos Levante S.L. es una empresa dedicada desde hace más de 20 años al suministro y comercialización de productos para la ventilación y la climatización, así como para el aislamiento de edificios. En el interior de la nave, de unos 6.000 metros cuadrados de superficie, además de aparatos de aire acondicionado, equipos de frío industrial, turbinas, conducciones y placas de aislamiento tipo «pladur», también había dos camiones y tres furgonetas. Estos vehículos probablemente fueron los causantes de las fuertes detonaciones que alertaron a los residentes de Divina Pastora. Según dos vecinas que salían de hacer la compra de un supermercado cercano, «han sonado tres explosiones gordísimas. Nos hemos llevado un gran susto. Pensábamos que la gasolinera estaba estallando. Y después ha habido más, pero más pequeñas», afirmaban todavía sobresaltadas Herminia y Nieves. Junto a Mari Carmen comentaban lo sucedido. «Se han visto unas llamaradas impresionantes», apuntaban. De hecho, las llamas se vieron desde la autovía y los ruidos se escucharon hasta en el barrio de Rabasa, según afirmó un vecino llegado desde allí.

La expectación era total, el ambiente irrespirable por los plásticos y las gomas quemadas. Y la preocupación de empresarios y trabajadores de la calle, absoluta. Informados por los agentes municipales, varios industriales temían porque el fuego seguía avanzando hacia sus negocios. La nave principalmente afectada, cuyo dueño estaba en un viaje de negocios, está en una esquina, a dos calles a espaldas de Decathlon. En frente, Gros Mercat y justo al lado, Gráficas Mesa, cuyos propietarios mostraban su inquietud sin que la Policía les pudiera dar detalles. Entonces, la nave de Aislamientos Acústicos Levante se vino abajo, su fachada y la pared lateral que da a la calle, así como el tejado. «Ha quedado arrasada. Totalmente», sentenciaba un policía.

A partir de este momento empezaron a disminuir las llamas, que no el humo. Los Bomberos se hacían con la situación a base de varios camiones bomba y una escalera desde la que lanzaban agua a destajo. También temían por sus pertenencias los propietarios de una nave cercana, situada detrás de la más afectada, Electrodomésticos Teka. Al lugar acudieron también, de forma preventiva ya que no hubo que lamentar heridos, dotaciones de Alicante Ambulancias y de la Conselleria de Sanidad.

La intensidad de las llamas y su proximidad a la citada imprenta y a otras industrias madereras elevaron la preocupación de los Bomberos, cuya rápida intervención evitó males mayores. Varios empleados de la empresa principalmente afectada aseguraron haber dejado el lugar a las ocho de la tarde, media hora antes de declararse el fuego, pero estaban temerosos por si algún compañero había alargado la jornada, extremo que felizmente se confirmó que no había ocurrido.