Una apacible tarde de verano junto al río en un municipio de la serranía valenciana, por momentos algo aburrida, según reconocen sus protagonistas, iba a dar paso a un macabro hallazgo por parte de un grupo de adolescentes que, sin pretenderlo, descubrieron el cadáver de un hombre maniatado flotando en una piscina de una finca de Sot de Chera, destapando así un posible asesinato.

«Estábamos jugando a las cartas pero ya no sabíamos a qué jugar y decidimos entrar a cotillear porque unos amigos nos habían dicho que era un club de gays y queríamos verificarlo», confiesan los menores que hallaron el cuerpo sin vida de la víctima, en avanzado estado de descomposición, con una bolsa en la cabeza y ligado a unas piedras en un intento desesperado de su presunto asesino por tratar de hundir los vestigios de su crimen.

Con lo que no contaban el autor o autores de la muerte de esta persona es con la curiosidad juvenil de estos cuatro menores, tres chicas y un chico de unos 15 años, quienes se adentraron en esta propiedad privada, conscientes ahora sí de que no era lo correcto según reconocen, pero cuya travesura ha servido a la postre para que un cadáver que podía haber permanecido oculto durante semanas o quizás meses, fuera descubierto y de esta forma permitir ganar un valioso tiempo a los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil.

«Al principio, cuando lo vimos flotando en el agua pensamos que era un jabalí muerto porque estaba muy gordo y solo se veían las piernas quemadas por el sol», relatan los adolescentes. Una vez se percataron de que no se trataba de un animal, sino de una persona humana, los tres que primero vieron el cuerpo fueron a buscar a una cuarta amiga que también había entrado con ellos. «No se lo creía y la trajimos hasta aquí», añade uno de ellos. Al acercarse más vieron que era un hombre. «Se notaba que no era una mujer porque tenía un bulto enorme en el pantalón», añade haciendo referencia sin saberlo al priapismo que se produce en determinadas muertes violentas como los ahorcados.

«No tenía un color agradable, tenía los pantalones pegados y las manos atadas a la espalda», recuerdan. La cara no se la llegaron a ver ya que el rostro, envuelto en una bolsa, permanecía hundido bajo el agua debido al peso de las piedras que el homicida habría utilizado para impedir que flotara.

«Cogimos unos palos para defendernos por si estaba por ahí todavía el asesino», explican los menores, reconociendo que en ese momento estaban muertos de miedo. «No sabíamos qué hacer». Finalmente uno de ellos llamó a su tío policía y éste les indicó que no tocaran nada hasta la llegada de la Guardia Civil.

«Proyecto gay friendly»

El hallazgo del cadáver, del que informó ayer en exclusiva en sus páginas Levante-EMV, se produjo en torno a las seis de la tarde del miércoles en una finca privada de unos 12.000 metros cuadrados situada a las afueras de la población de Sot de Chera. El lugar, un antiguo centro de rehabilitación para toxicómanos, era actualmente ofertado en internet como zona de «descanso rural alternativo» o «proyecto gay friendly».

«El recinto esta todo vallado y rodeado de vegetación, no se sabe lo que hacían allí dentro», explicaba Pepe, un vecino del pueblo. El terreno cuenta con un edificio de habitaciones, que eran alquiladas por su propietario a 25 euros la noche con desayuno incluido, varias cabañas donde realizaban actividades, jardines y una piscina, la misma en la que fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre atado de pies y manos y con una bolsa en la cabeza.

Todo indica que el fallecido es Pedro, el hombre de unos 50 años que regentaba las instalaciones desde el año 2011. No obstante, debido al deterioro del cadáver, en avanzado estado de descomposición, será el ADN el que determine sin género de dudas si la víctima es esta persona, como apuntan todos los indicios.

Por el momento la Guardia Civil ya ha tomado declaración al hermano del supuesto fallecido. Asimismo, agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) de la Benemérita sacaron el cadáver del agua ayer por la mañana después de que se retrasara el levantamiento judicial hasta tener luz del día. La autopsia determinará hoy la causa exacta de la muerte y la data de la misma.