Caso Abierto - Información

Caso Abierto - Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La piratería del siglo XXI

La Policía alerta de que las redes de falsificadores alcanzan ya cualquier tipo de productos

La piratería del siglo XXI información

No hay producto que pueda tener una mínima salida comercial que esté libre de las miradas de los falsificadores. Desde el diseño de un bolso, zapatos y otros complementos de moda a otros productos que pueden ir desde el medicamento, a las bebidas alcohólicas y hasta los coches deportivos. El Cuerpo Nacional de Policía ha impartido esta semana en la Universidad de Alicante un curso dedicado a las falsificaciones de marcas. La Policía Nacional lleva ya ocho años celebrando estos cursos en la Universidad para favorecer la formación de los policías ante los cambios legislativos. Unas jornadas en las que el propio presidente de la Audiencia de Alicante, Vicente Magro, planteó la necesidad de abrir el debate sobre si se debe o no actuar contra los consumidores de falsificaciones cuando éstos adquieren un producto a sabiendas de que es falso. La justificación de la medida se debe a los graves daños que causan estas adulteraciones al sistema económico, que van desde pérdidas a las empresas que comercializan los productos originales, destrucción de puestos de trabajo, así como todos los impuestos que la Administración deja de recaudar pasando a moverse este dinero en el ámbito de la economía sumergida.

Entre las ponentes de estos cursos ha estado la inspectora jefe de la Policía Nacional, Mónica Dopico de la Sección de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial. «En el mundo de la falsificación, no siempre el producto más grande, llamativo y lujoso genera mayores beneficios», aseguró durante su intervención. En este sentido recalcó, por poner dos ejemplos de operaciones en las que ha intervenido, señaló que una falsificación de ron puede generar el doble de rentabilidad que la de un vehículo de lujo. Hasta el año 1986, la mayoría de los productos falsificados eran productos de lujo de gran valor cuyo destino final era la venta en Europa y Estados. Entre 1986 y 1994, los productos más falsificados fueron aquellos relacionados con el deporte y el sector textil. Desde 1995, las falsificaciones se ha diversificado y se han detectado un aumento de bienes de gran consumo y poco valor añadido, desde pilas a cepillos de dientes, cremas, bolígrafos, juguetes, etcétera. Para la inspectora, la solución pasa por la educación al consumidor para dar la espalda a las falsificaciones.

Según explicó Dopico durante su intervención, en la actualidad se falsifica cualquier tipo de productos, desde los filtros nucleares, hasta productos alimenticios, pasando por vehículos. La evolución va íntimamente ligado a las necesidades del consumidor y condicionado por las modas.

En julio de 2010, cayó en Murcia una fábrica embotelladora de la marca de ron Cohiba, una marca es de reconocido prestigio principalmente por la elaboración de puros. Los falsificadores se aprovechaban del tirón de la marca para importar grandes cantidades de ron a granel que posteriormente embotellaban, etiquetaban y ponían a la venta a través de distintos canales, entre ellos una página web. Durante el registro, se intervinieron hasta 1.392 botellas preparadas para su venta y 4.800 litros de licor sin embotellar, que equivalían a otras 6.850 más. Con la venta de estos productos se podría haber alcanzado un beneficio en el mercado de hasta 1,5 millones de euros.

Otro destacado golpe contra las falsificaciones se produjo en julio de 2013 en Algemesí (Valencia) al desmantelarse un taller que se dedicaba a la fabricación de réplicas de los automóviles deportivos Ferrari. Como materia prima se usaban coches antiguos con estilo deportivo y, de manera artesanal, usando fibra de carbono se iba modificando el exterior para imitar el diseño Ferrari. En el interior, era vaciado por completo para adaptarlo a las formas del diseño original. Los tubos del motor en la parte trasera del coche o las pinzas de freno tenían un uso meramente ornamental. Hasta el sonido del motor trataba de imitar al de los Ferrari. En la Operación Cavallino se intervinieron 17 Ferraris, dos Aston Martin falsos que estaban en distintas fases del proceso industrial y se vendían al público por 40.000 euros. El precio final de los coches sumaba 760.000 euros.

La importación y la venta de alimentos y medicamentos falsificados provoca al año cientos de muertes en el mundo. Sólo un 10% de la comida y las medicinas son falsas. Los más perjudicados, los habitantes del tercer mundo. En 1995, 89 personas murieron en Haití por culpa de un medicamento falso; en Nigeria 2.500 personas de las 50.000 que fueron inyectadas con una vacuna falsa fallecieron; en 1999, otra vacuna falsa contra la malaria causó treinta muertos en Camboya.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats