Un vigilante de seguridad que está ingresado en la UCI desde finales de mayo tras ser agredido en una discoteca de la zona inglesa de Benidorm por porteros de locales de ocio no fue apaleado en un incidente más de los que se registran en la ciudad turística. Todo respondía a un plan preconcebido porque peligraba el monopolio de la seguridad de los locales de ocio de la calle Mallorca. Así de tajante lo aseguran informes policiales y un juzgado de Benidorm, donde ayer prestaron declaración tres personas que ha detenido la Policía Nacional acusadas de tentativa de homicidio.
Los tres arrestados pasaron ayer a disposición judicial y se acordó libertad provisional para dos de ellos, uno asistido por el abogado Francisco González, y prisión con fianza de 6.000 euros para el principal acusado. Este implicado, que fue defendido por el abogado Roberto Sánchez Martínez, está considerado por la Policía como el organizador y autor material de la agresión, además de ser empleado del establecimiento donde se produjeron los hechos.
Despidos
La empresa de seguridad para la que trabaja el herido llevaba solo varios días trabajando y ello conllevaba el despido de porteros que, según informes policiales, han utilizado sus puestos de trabajo para permitir el tráfico de estupefacientes, tal como se recoge en un auto judicial.
Otro de los detenidos por la agresión trabajaba el día de los hechos como portero controlando una de las puertas de acceso a una discoteca y las grabaciones recogen cómo se ausenta varios minutos durante el momento de la agresión, lo que induce a pensar a la Policía que sabía de antemano lo que iba a ocurrir. El tercer implicado también actuó presuntamente como cómplice, mientras que aún falta por identificar y detener a una cuarta persona.
Para la identificación de los implicados la Policía Nacional ha contado con la colaboración de la Policía Local de Benidorm, cuyos agentes del turno de noche prestan un servicio constante en la zona inglesa y sitúan al presunto autor material de la agresión al vigilante como supuesto jefe de una trama de venta de droga al menudeo donde participan numerosos relaciones públicas de los establecimientos de la zona inglesa, los cuales actúan captando clientes para comprar sustancias estupefacientes.
La vigilancia policial en la zona de ocio inglesa se ha reforzado desde el día de la agresión.
