Un policía local se sentó ayer en el banquillo acusado de rayar el coche particular de su superior , un vehículo deportivo de alta gama, cuando ambos estaban destinados en La Vila Joiosa como venganza por una polémica laboral. El agente negó ayer tajantamente las imputaciones y aseguró que él no había sido, ni tenía ningún tipo de enfrentamiento con el intendente del cuerpo. El acusado señaló que no se reconocía como la persona que aparecía en la grabación de las cámaras de seguridad del incidente; mientras que el intendente fue contundente al señalar que la persona de la grabación era el procesado. El fiscal le acusa de un delito de daños por el que pide el pago de una multa de 1.800 euros, así como que se indemnice al oficial por los desperfectos del coche.

El hecho se ha juzgado en la Audiencia Provincial por haberse cometido por un agente policial en acto de servicio.

Los hechos ocurrieron durante la Semana Santa de 2010 en el retén de la Policía Local de La Vila Joiosa. El vehículo particular estaba aparcado en una zona acotada y resultó con desperfectos que fueron valorados en 700 euros. Tras denunciar los hechos el perjudicado ante la Guardia Civil, las grabaciones de las cámaras de seguridad mostraron a un agente de uniforme haciendo movimientos alrededor del coche rayado. La hipótesis de la acusación es que estos daños se produjeron con una defensa extensible que llevaba el acusado.

El intendente de la Policía Local señaló que en esas fechas había mantenido diferencias con el agente porque le había pedido que justificara varias faltas al trabajo. El acusado admitió que se le habían reclamado los justificantes. «Se trataba de documentación que había presentado hace dos años y tenía que encontrar dónde estaba. Afortunadamente pude presentarlo todo», explicó. A esto añadió que las diferencias eran con el departamento de Personal y que nunca culpó al intendente de que se le pidieran estos papeles. «En alguna ocasión me ha llegado a proponer para felicitaciones por mi buen trabajo», dijo. El agente aseguró que no se reconocía cómo la persona que aparecía en las cámaras de seguridad y negó que llevara consigo la defensa extensible.

Por su parte, el entonces intendente de la Policía Local de La Vila aseguró ayer que el acusado era la persona que le dañó el vehículo. El denunciante explicó que los desperfectos se produjeron la noche que éste estaba de servicio y según las grabaciones de seguridad fue la única persona que se acercó. El vehículo era un deportivo de alta gama, que compró de segunda mano. «Siempre tenía la costumbre de comprobar mi coche antes de bajar o subir, porque en aquella época la banda terrorista ETA seguía actuando», explicó. Según dijo, el acusado tenía faltas injustificadas al trabajo y «mi trabajo es garantizar que la gente viene a trabajar». En este sentido, señaló que el acusado no logró justificar todas sus ausencias y eso se le descontó de la nómina, faltas que vinculó con reuniones sindicales.

En el juicio se pidió el visionado de las cámaras de seguridad. En un primer momento, no estaban a disposición del tribunal por lo que se reclamaron a un juzgado de lo Penal donde estaban los discos y se remitieron en la misma mañana. Sin embargo, no se pudieron visionar por problemas de compatibilidad de los equipos informáticos. Los magistrados visionarán las imágenes cuando vayan a dictar sentencia.