El centro penitenciario de Fontcalent investiga la presunta fuga de un recluso de las instalaciones detectada el miércoles por la noche cuando se hizo el recuento de los internos. Los funcionarios están revisando las imágenes de las cámaras de seguridad de la cárcel de esas horas a la busca de una pista que les indique cómo y por dónde el prófugo puede haberse dado a la fuga, de la que ayer informó este diario. Desde la prisión se están barajando varias hipótesis pero ayer a la hora de cierre de esta edición todavía no se había podido concretar nada.

El preso, cuya identidad responde a las iniciales M. B. y de origen magrebí, había ingresado hace poco como preventivo por delitos relacionados con la violencia de género. Un juzgado de lo Penal de Alicante le condenó ayer mismo a penas que sumaban cuatro años y medio de cárcel por maltrato habitual y por vulnerar dos órdenes de alejamiento. Este mismo juzgado dictó ayer órden de busca y captura mientras a Policía ha puesto bajo protección a la víctima del recluso fugado ante el temor de que pudiera ser agredida. Las fuentes consultadas por este diario precisaron que el recluso no estaba considerado como una persona peligrosa, al menos durante su estancia en la cárcel.

Otras fuentes comentaron la posibilidad de que hubiera podido esconderse en los cuartos de baño para esperar el momento en que la vigilancia fuera más vulnerable y también se investiga la posibilidad de que hubieses abandonado el recinto a través de las cocinas, de donde habría podido acceder a la zona donde se están realizando obras de reforma dentro de la prisión. Sin embargo, ayer no había aún versión oficial hasta que se aclaren todos estos extremos. Algunas fuentes apuntaron a que el contenido de las grabaciones de seguridad tampoco había aclarado mucho. Mediante la revisión de las imágenes se pretende determinar la hora en la que se pudo producir la fuga, si antes de la comida o a lo largo de la tarde.

La ausencia del preso se detectó durante el recuento rutinario de la noche, donde el personal de la cárcel se dio cuenta de que uno de los internos no aparecía por ningún sitio. La situación ha generado cierto malestar entre el personal por el hecho de que el incidente acabe en una caza de brujas contra los funcionarios, después de haber estado durante meses denunciando carencias de todo tipo en materia de personal y de seguridad y sin que se haya corregido la situación. Unas deficiencias que se han incrementado con motivo de obras de reforma que se están acometiendo en el interior del penal alicantino.