El presunto autor del crimen de Eva Blanco, asesinada en Algete (Madrid) el 20 de abril de 1997, Ahmed Chelb, se suicidó ayer en la cárcel madrileña de Alcalá Meco donde estaba ingresado desde el pasado 9 de octubre. Fuentes penitenciarias informaron de que el recluso apareció ayer por la mañana ahorcado en su celda con los cordones de sus zapatillas.

El supuesto criminal, que entró en prisión 18 años después del asesinato, estaba en protocolo de suicidios hasta el pasado 16 de diciembre pero tras los informes de los médicos se decidió levantar el protocolo. Es más, Ahmed estuvo hasta el pasado 8 de enero en una celda en compañía de un interno «de confianza» de la dirección del centro con el objetivo de impedir que pueda autolesionarse. Por todo ello, Instituciones Penitenciarias ha abierto una información reservada para esclarecer lo ocurrido. La titular del Juzgado de Instrucción nº 4 de Torrejón de Ardoz solicitó ayer a la cárcel de Alcalá Meco un informe detallado de las circunstancias del fallecimiento.

Hace dos semanas, el presunto autor del crimen de Eva Blanco negó ante la jueza y aseguró que dos personas le obligaron a subir a un coche y eyacular sobre ella, aunque no supo dar respuesta a por qué se halló ADN suyo en el cuerpo de la mujer.

La magistrada le imputaba delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal al acusado, que se negó a declarar en un primer momento, si bien consintió que se le practicara una prueba de ADN para cotejarlo con el de la muestra hallada en el cuerpo de Eva Blanco.

En su declaración, Ahmed, de 52 años, mantuvo que dos personas le obligaron a subir a un coche donde mantenían retenida a Eva Blanco. Estos desconocidos, insistió, a punta de navaja, le obligaron a eyacular sobre la joven, si bien, en ningún caso, hubo penetración por su parte.

Ahmed Chelb, ciudadano español de origen marroquí y que salió de España en 1999, fue detenido el pasado 1 de octubre por la Guardia Civil y la Gendarmería Nacional francesa en la localidad de Pierrefontaine Les Varans (Francia). El cadáver de Eva Blanco, que murió cuando tenía 16 años, apareció en una cuneta con evidentes signos de violencia. El ADN llevó a los agentes al sospechoso tras 18 años de investigación.