El hombre acusado de intentar provocar una explosión en una estación de servicio de Alicante ha negado hoy durante el juicio que tuviera ese propósito y ha declarado, por el contrario, que únicamente quería llenar una botella con gasolina porque no le habían querido vender antes el combustible.

Los hechos ocurrieron sobre las 14.00 horas del 13 de abril del pasado año, cuando el procesado acudió a una estación de servicio situada en la avenida de Novelda de la ciudad, cortó con un cuchillo la manguera de uno de los surtidores y acercó a ella un mechero para tratar, supuestamente, de prenderle fuego y causar así una deflagración.

Varias patrullas policiales acordonaron poco después la zona y unos agentes lograron reducir al individuo, quien reaccionó dándoles patadas, puñetazos y mordiscos mientras seguía intentando provocar la deflagración al grito de "Alá es grande", según sostienen la fiscalía y la acusación particular.

Estas partes han solicitado hoy que el sospechoso sea internado en un centro psiquiátrico durante siete años como medida de seguridad, puesto que en el momento de los hechos tenía sus facultades mentales anuladas por una esquizofrenia de tipo paranoide sin tratar, según el dictamen forense.

El procesado, que sigue privado de libertad actualmente por esta causa, está acusado de un delito de estragos en grado de tentativa, otro de lesiones y un tercero de resistencia a la autoridad.

Esta mañana, ante el tribunal de la sección tercera de la Audiencia de Alicante, ha admitido que cortó con un cuchillo la manguera de un surtidor porque quería llenar una botella de combustible que previamente se habían negado a venderle.

Asistido por una intérprete de árabe, ha reconocido también que realizó en una ocasión el gesto de encender un mechero, que de la manguera seccionada salió un poco de gasolina, que derribó a un policía en su huida y llegó a gritar en un momento dado en su idioma "Alá es grande".

No obstante, ha negado que quisiera provocar una explosión o un incendio, así como que se revolviera con mordiscos y patadas contra los policías nacionales que trataban de reducirle.

Esos mismos agentes le han contradicho en su intervención ante la sala como testigos y han confirmado que el sospechoso estaba "obsesionado con prender fuego a la manguera" del surtidor y, por ello, encendía el mechero "continuamente".

Además, el reo mantuvo en todo momento "una actitud violenta al máximo" y opuso una "resistencia activa" frente a su detención al propinar a los uniformados "patadas y mordiscos", han añadido.

Por su parte, una empleada de la estación de servicio ha relatado que ella cortó el suministro a todos los surtidores tras ver cómo el individuo cortaba la manguera, por lo que solo se derramó al suelo la gasolina que pudiera quedar en el tubo.

En cualquier caso, todos los surtidores cuentan con un sistema de seguridad automático mediante válvulas de cierre que impiden la salida del combustible en este tipo de incidentes, tal y como ha apuntado después el encargado de la estación de servicio.

Por esa razón, el abogado defensor, que solicita la absolución de su cliente, entiende que la tentativa de estragos era de "imposible ejecución" y los hechos deberían ser considerados, a lo sumo, un delito de daños.