La Policía Nacional detuvo ayer a un hombre de 48 años que presuntamente intentó atracar un banco y un supermercado de Alicante. El arrestado portaba una granada y dos armas cortas, unas de ellas un revólver, pero la Policía Nacional comprobó que todas eran simuladas.

Los agentes investigan si el detenido, con antecedentes policiales, es autor de otros tres atracos cometidos recientemente en el mismo barrio, uno de ellos en un supermercado y otro en una ferretería. Fuentes policiales indicaron que inicialmente entró sobre la una del mediodía en una sucursal de Bankia en la calle Padre Esplá, donde accedió con las dos armas cortas y la granada, pero tras amenazar al personal optó por darse a la fuga sin botín alguno. A continuación se dirigió a un supermercado situado en las inmediaciones con las mismas intenciones, pero se encontró con que varios clientes se le echaron encima y lo redujeron hasta la llegada de la Policía Nacional, cuyas patrullas se personaron con rapidez porque ya habían sido alertada del atraco frustrado en el banco, según las fuentes policiales.

El suceso generó alarma en el vecindario en sus primero momentos al salir huyendo las personas que se encontraban dentro de la sucursal de Padre Esplá. Una de ellas fue a refugiarse a una cafetería cercana donde se escondió detrás de la barra. «Llamamos a la Policía y cerramos la persiana metálica a cal y canto. Hasta que no oímos que se había calmado la cosa, no hemos vuelto a abrir», explicó el personal del local. Una respuesta similar a la de otros comercios de la zona. «La gente venía corriendo gritando: "¡cerrad!, ¡cerrad". Yo le he visto de refilón e iba por la calle tratando de ocultarse el arma dentro de la chaqueta», explicó la empleada de otro comercio cercano.

En otros locales, sin embargo, no llegaron a tomarse en serio la amenaza en cuanto vieron al atracador ir calle abajo. «Se le han empezado a caer las armas al suelo que llevaba en una mochila», relató a este diario el camarero de otro bar, que apostilló que tenía la sensación de que el armamento era de juguete. «Algunos estaban hablando de granadas pero no sé yo», dijo.

Finalmente, entró en otro supermercado que estaba calle abajo. «Fue directamente hacia las cajas, pero la gente se le tiró encima y lo redujo», relató a este diario un hombre que estaba pidiendo a la entrada del local. La Policía, que ya había sido alertada tras el atraco frustrado a la entidad bancaria, se presentó enseguida en el local y se hizo cargo del detenido. La calle estuvo cortada al tráfico durante una media hora, hasta que se dio la alerta por finalizada. Algunos vecinos señalaron que en los últimos días varios supermercados de la zona ya habían sufrido atracos similares a éste.