El entrenador de fútbol de Novelda acusado de abusar de cinco menores ha admitido en el juicio que permitió en una ocasión que tres de ellos viesen una película pornográfica en su casa y que se masturbaran, pero ha negado las demás acusaciones y las ha atribuido a una "venganza" de dos madres.

"Es un invento para hacerme daño, una encerrona. A mí los chiquillos me quieren mucho y en 39 años jamás he tenido ningún problema con ninguno", ha asegurado Miguel Ángel M.N., alias 'Míchel', ante el tribunal de la sección décima de la Audiencia de Alicante.

La fiscalía solicita provisionalmente para el sospechoso penas que suman 31 años y 6 meses de prisión, al considerar que abusó sexualmente de cinco chicos de entre 11 y 17 años, dos de los cuales son discapacitados intelectuales.

Según esta parte, estos hechos sucedieron durante cuatro años antes del 24 de octubre de 2013, fecha en que se produjo la detención, y en alguna ocasión participó otro acusado, quien se enfrenta a una petición de un año de cárcel por corrupción de menores.

'Míchel', que lleva dos años en prisión preventiva por esta causa, ha explicado hoy que entrena desde hace décadas a equipos infantiles y que también se dedicaba a ir por los colegios para hacer de ojeador y reclutar a niños para el club de fútbol local, el Noveldense, y a veces el Hércules de Alicante.

Ha reconocido que muchos de estos menores acudían a su domicilio para ver partidos de fútbol o jugar a la Play Station, si bien ha matizado que a menudo iban acompañados de sus padres y otros adultos.

Según la fiscalía, el procesado les ponía películas pornográficas y hacía que se masturbaran frente él, mientras que otras veces era él quien les masturbaba a ellos o se dejaba masturbar por los menores a cambio de dinero para que compraran chucherías.

Las víctimas que han sido identificadas son tres niños que tenían entonces entre 12 y 14 años, otro chico de 15 que tiene una discapacidad intelectual y un joven de 17 que en la fecha de los hechos tenía diagnosticado de síndrome de Asperger.

'Míchel' está acusado de siete delitos de abusos sexuales en diferentes modalidades, un delito continuado de exhibicionismo y provocación sexual y cinco delitos más de corrupción de menores.

Sin embargo, el entrenador sólo admite que dejó ver una película pornográfica en una ocasión a tres de los chavales y niega cualquier práctica de índole sexual con ellos a pesar de que la Guardia Civil halló restos de semen tanto suyo como de los niños en el sofá del salón.

En este sentido, ha afirmado desconocer que dos de los menores fueran discapacitados y ha atribuido el grueso de las acusaciones a una "venganza" y una especie de confabulación entre los propios niños y dos de las madres, sobre todo una a la que él había recriminado previamente que mantuviese una relación sentimental con un adolescente.

"Yo sólo me considero culpable de ponerles una película una vez. Lo demás es un invento, una maniobra de estas madres, que van insultándome por el pueblo, diciendo que a ver si me caen 30 ó 35 años de cárcel", ha precisado.

Por su parte, el otro acusado ha negado tajantemente su participación en el visionado de películas pornográficas junto a los menores y ha agregado que solo iba a casa de 'Míchel' esporádicamente para llevarle lotería.