Los padres de Asunta Basterra, únicos acusados de la muerte violenta de esta niña de 12 años hallada en una pista forestal de Teo (A Coruña) y que ayer habría cumplido 15 años, asistieron a la primera sesión de la vista oral en la que se dirime este caso acusados de obstruir la investigación desde «el minuto uno».

La Fiscalía y la acusación popular, que ejerce la asociación Clara Campoamor, coincidieron en destacar que el papel de los padres adoptivos de la menor no fue el oportuno, y mucho menos el esperable, durante la instrucción. «Hubo de todo menos colaboración, una total obstrucción», según denunció Ricardo Pérez, el abogado de la organización personada, que vela por los derechos de la infancia.

El representante del Ministerio Fiscal, Jorge Fernández de Aránguiz, señaló que los padres, a los que acusa de idear un plan «conjunto» para acabar con la vida de esta menor de altas capacidades, «ocultaron elementos fundamentales para la investigación».

En ese sentido, el fiscal recordó cómo en un primer momento los progenitores no se refirieron en sus respectivos testimonios a hechos realmente importantes, tales como que la pequeña viajó con su madre a la casa familiar que tenían a escasos kilómetros de donde apareció el cadáver. Ve en ello una falta de colaboración que, a su juicio, se repitió durante el registro del domicilio en el que supuestamente mataron a la cría, una vivienda en la que la madre «rápidamente» se dirigió a una papelera con pruebas «relevantes», como pañuelos con ADN de Asunta.

Y un hogar, el de Teo, en el que el padre de Asunta, el periodista Alfonso Basterra, explicó, sin ser preguntado al respecto, la existencia en la casa de una cuerda naranja de iguales características a la encontrada junto al cadáver de la niña, desveló ayer el fiscal.

Sin pruebas para la defensa

No obstante, los abogados de la defensa insistieron en esta intensa sesión en la defensa de sus patrocinados y en el hecho de que no existe «prueba» alguna contra ellos. Asimismo, valoraron la colaboración de ambos con el caso, ya que abrieron a los investigadores las «puertas y ventanas de sus tres casas», a pesar de que «nunca» tuvieron la consideración de víctimas.

Los abogados de la defensa, que trataron sin éxito de impedir la difusión de imágenes y sonidos del juicio, imploraron a los nueve miembros del jurado popular que afronten este caso como «una hoja en blanco», para hacer de éste «el juicio más justo posible».

Las jornadas de hoy y mañana están reservadas para la toma de declaración de los dos únicos imputados por este trágico crimen que conmocionó al país. Ambos se mostraron ayer nerviosos e intranquilos durante la vista, aunque de diferente modo, en el caso de ella se mostró como una mujer abatida y desconsolada, que incluso rompió a llorar, y a él se le vio más sereno y, por momentos, impertérrito.