Un acusado ha aceptado hoy en un juicio una pena de ocho meses de cárcel y tres años de libertad vigilada tras admitir que agredió a su padrastro con un hacha de cocina en el cuello en el domicilio familiar de Alicante porque éste se había negado a darle dinero, según han informado fuentes de la fiscalía.

Los hechos ocurrieron sobre las 23.30 horas del pasado 18 de febrero, cuando el procesado, que sufre un trastorno esquizofrénico de tipo paranoide crónico, comenzó a discutir con la víctima por el citado motivo.

Cuando su padrastro intentaba calmarlo para que recapacitase, el acusado le espetó: "Déjame en paz, estoy loco, te mato", se levantó del sofá, fue a la cocina y cogió un hacha para cortar alimentos de 12,5 centímetros de longitud y hoja rectangular con la que le atacó.

El agresor ha confesado durante la vista, celebrada en el juzgado de lo Penal número 1 de Alicante, que apartó primero a su madre, que se había interpuesto en su camino, y golpeó con el arma a la víctima en el cuello, la frente y la oreja izquierda.

No obstante, el agredido solo sufrió heridas que requirieron puntos de sutura y le dejaron una cicatriz de 15 centímetros pero no tuvo que ser hospitalizado, ni su vida llegó a estar en peligro al no verse afectados los vasos sanguíneos vitales del cuello.

Por esta razón la fiscalía ha calificado los hechos como un delito de lesiones perpetrado con instrumento peligroso y no como un intento de homicidio, tal y como recoge esta parte en su escrito de acusación.

El Ministerio Público ha rebajado de un año y once meses a ocho meses la pena de prisión que solicitaba inicialmente para el acusado, quien tenía además mermadas sus facultades mentales cuando ocurrieron los hechos debido al trastorno que padece.

Junto a la eximente parcial que se le aplica por este trastorno, la sentencia de conformidad que dictará el juzgado dentro de unos días ha de incluir una atenuante por reparación del daño, ya que le agresor ha indemnizado antes del juicio a su padrastro.

El acuerdo de conformidad al que han llegado esta mañana fiscal y defensa conlleva una pena de ocho meses de prisión y otra de tres años de libertad vigilada, medida esta última que está encaminada a asegurar que el condenado sigue un tratamiento contra su enfermedad mental.